Fotografía: Petunia


érase una vez una mujer/ que quería hablar de género/érase una vez una mujer/ que quería hablar de colectivos/  y otra mujer más/ especialista en declinaciones/ La unión hace la fuerza/ así que las tres se juntaron/ y fundaron el grupo de estudios celso pedro luft.

Angélica Freitas, «Un útero es del tamaño de un puño»

La lucha constante: nombrarnos a nosotras mismas en un sistema que ya está nombrado, en donde nuestros cuerpos no aparecen en el mundo que habitamos; tampoco nuestras experiencias y el dolor de nuestra cotidianidad.  El rol de género se nos impone y, con ello, sus estereotipos y las violencias sistémicas que lo legitiman, incluso, desde el lenguaje.

La poeta Sara Uribe nos recuerda que el cuerpo se encuentra a la espera de ser enunciado y enunciante, y a partir de ello fabricamos el presente que nos atraviesa y nos fisura el lenguaje: así se construye «Mundano» (Revarena, 2020) de la poeta queretana Regina Roze.

«Mundano» es un poemario que filosofa sobre los círculos en los que camina, no solo la autora, sino muchas de nosotras; nuestras lágrimas, nuestros deseos y el cuestionamiento a las imposiciones sociales nos recuerdan que lo inframundano, lo intramundano y lo supramundano es parte del mundo que construimos y merece ser diseccionado.

El poema que abre «Inframundano» se llama «Reforma laboral  para los puestos de inspiración» y nos recalca que las preguntas son necesarias para «rebelarse ante el puesto que se le impone por naturaleza de género», como dice Tanya Cosío en la introducción de este libro. Muchas veces nos hemos posicionado políticamente bajo la consigna «no somos musas, somos creadoras» y en este poema Regina Roze también nos cuestiona sobre el rol de las mujeres en la sociedad y la sentencia que nos reduce a objetos:

Tras las sombras de un lienzo,

las notas de una composición,

y letras de una prosa,

hay una musa que no solicitó su empleo.

Ser musa es un trabajo impuesto.

Hostess de la inspiración.

Cuando decimos violencias sistémicas es pertinente remitir al cuerpo y la forma en la que nos aplastan a cada una, algo complejo porque todas somos distintas, pero lo cierto es que estas violencias son múltiples, normalizadas e invisibles. En el poema «Sistema» la autora nos presenta una parte de la construcción de la feminidad y su lenguaje también nos interpela. Regina no emite juicios, pero nos recalca que no está dispuesta a desaparecer, aunque los procedimientos estéticos y ginecológicos se resistan. No está dispuesta a desaparecer y muchas de nosotras abrazaremos su decisión también con nuestro cuerpo:

                                          Me he acostado al centro

de cientos de habitaciones

                                    inhabitables

                                  carnicerías

                                    salas de tortura

Con entrada privilegiada

                                            para mi condición

                                      de mujer

Hidrolipoclasia

Papanicolau

Modelación

Cavitación

Legrado uterino

Depilación

Ultrasonido

Lipoescultura

En «Mundano» nuestra lectura va acompañada de experiencias repulsivas, de mujeres y niñas que lloran, de habitaciones que ya no se sienten como nuestras y espejos sucios que nos impiden ver que nuestro cuerpo existe. Los tres círculos en los que se mueve el lenguaje de la poeta están llenos de dualidades: colores que nos invitan a pensar en el cielo y sus nubes grises y, también, en el suelo en donde quedaron manchas de sangre y el vómito de las incertidumbres, como si se tratara de alguna escena dantesca.

«Los tristes estamos condenados al insomnio», dice Regina Roze y nos recuerda que seguimos vivas, habitando experiencias universales en un lenguaje del que nos reapropiamos constantemente, aunque sigamos sin entender de qué va el mundo, el sistema  o nuestro propio aliento. «Mundano» no solo nos habla a nosotras, sino a cualquiera que esté dispuesto a dialogar consigo mismo y a diseccionar su condición humana y su lugar en la sociedad.


Sobre la autora: Regina Roze (1997) es una poeta, filósofa y artista escénica queretana. Es pionera de la filosofía somática y la danza con objetivos terapéuticos. Ha ejercido su trabajo en países como Bélgica e Italia. Actualmente es secretaria general de la COMEFI a nivel nacional.


Nadia Bernal
paola_9msn@hotmail.com
(Estado de México, 1996). Recién egresada de Comunicación y Periodismo. Su trabajo periodístico puede leerse en Tribuna de Querétaro, Connectas y Malvestida en donde ha escrito de feminismos, derechos humanos y violencia de género. "El dolor de vivir en Woodstock" (El Humo) es su primer poemario.

Un comentario en ««Mundano» de Regina Roze: sobre diseccionar nuestro lugar en la sociedad»

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