Fotografía: Laura Santos

Texto: David Álvarez


Entre cervezas e historias de blues, Poncho y Chema desentrañan las raíces filosóficas, etílicas y anecdóticas del Queretablues, evento nacional que busca promover a las distintas bandas del género y conformar una comunidad que, en esta su séptima edición, se vislumbra al conectar agrupaciones de distintos países y que se transmitirá de manera virtual del 15 al 19 de diciembre del año en curso.

El Festival Nacional Queretablues es ese proyecto que inició a partir del reconocimiento de este género en Querétaro, mismo que se planteó en eventos anteriores hasta formar una idea que diera cabida a la integración de bandas de música existentes en la entidad y otras partes del país, tanto consagradas como aquellas que empiezan por este camino en crecimiento.

«Hay mucha competitividad en el blues en México. Siempre hay puristas, aunque me sorprende, pues este tipo de música, que es lo underground, que está por fuera de todo, es la pura libertad. Y bueno, al hablarlo hubo buena química con la Rumorosa Blues Band y otras bandas, y hemos hecho el Queretablues porque no hay rivalidad. Nos vemos como hermanos y hacemos esto», indicó José María Cabrera, Chema, músico y co-organizador, perteneciente a la agrupación El Callejón Blues Band.

Al respecto, la disyuntiva entre lo que es blues y no es algo que poco preocupa a este par de músicos y organizadores, que se han valido del apoyo de familiares y amigos para que el Queretablues prosiga. No obstante, la pandemia trajo consigo consecuencias que afectaron, como a otros tantos, el sector musical, debido a los protocolos sanitarios y el financiamiento, que impidió se realizara en 2020 y que ahora, al inicio con dudas, se pretende continuar por amor al blues, aunque sea virtual. 

«Había mucha incertidumbre, no teníamos ni la visión ni certeza de lo que iba a pasar. Ha sido un proceso de introspección hacerlo. Pero es por la causa. Nada más por el simple gusto y esta causa de que todavía hay blues mexicano, que es algo que nos debaten mucho. Eso es el por qué queremos hacerlo, la filosofía, el propósito real de esto», comentó Alfonso Ortiz, Poncho, también músico y co-organizador, guitarrista de la Rumorosa Blues Band. 

Experiencias previas y el ver a otras bandas en el país hacer lo mismo, se animaron a consagrar este evento. «Pensamos que valía la pena hacerlo», exclamó Chema, y a partir de ello lanzaron la convocatoria de manera formal y recibieron una respuesta favorable, lo que motivó aún más a que se llevara a cabo. «Ha habido un boom de bandas de blues en estas dos últimas décadas. Desde hace siete años no se había visto tanto», detalló. 

Entre las bandas invitadas se encuentran Rockfilia (CDMX), Sociedad del jazz (Monterrey), Vuelo libre (Estado de México), Puente Negro (Durango), El niño sin blues (Estado de México), Tampico Blues Company (Tamaulipas), San Luis Blues (Estado de México), Jr. Willy (Querétaro), Wolf de l´otromond (Estado de México), Sangremal Blues (Querétaro), La Gatucada (Michoacán), Sirena Blues (Monterrey), Bluesmates (CDMX), Rumorosa Blues Band (Querétaro) y El Callejón Blues Band (Querétaro).

Además de contar con la participación internacional de agrupaciones como Yulian Taylor (Argentina), Prakash Slim (Nepal), El Alambique (Argentina), Montonguito Vlus (Ecuador), Rhino Bluesban (Inglaterra-CDMX) y La Blue´s Ayres Band (Argentina), en un crecimiento global de este festival que en ediciones anteriores también ha convocado a bandas de Grecia, Malta, Alemania, España, Estados Unidos, Argentina, Brasil y que, como dijera Poncho, «saben que existe el Queretablues y eso nos pone orgullosos». 

«Cada país le pone su sabor al blues y es lo que queremos hacer, mostrar toda la variedad que hay. Muchas veces se dice que el blues es rock lento, pero ya que entras al blues, ya a tocar, te das cuenta que es un universo de variaciones, una gran riqueza estética», sostuvo Chema, quien añadió que diversos musicólogos han encontrado elementos mexicanos dentro del blues como la inclusión de la armónica y la guitarra de 12 cuerdas, así como algunas variaciones musicales provenientes de la música regional, esto en contraposición de quienes piensan que este ritmo fue creado únicamente por afroamericanos. 

Sobre la unión del gremio en el ámbito del blues, Chema recordó que en los inicios de este festival la idea era hacer «una comunidad permanente», aunque hizo énfasis en la dificultad y responsabilidad que conlleva pasar de músicos a la gestión cultural. Por su parte, Poncho aseveró que pensaron en diferentes estrategias para llegar a la gente, sin dejar de lado la raíz del género, que es lo que al final de cuenta los conjunta en dicho ritmo. «Sí hay una comunidad, pero el problema es que no nos comunicamos y eso afecta».

«Lo hacemos con amor y nos ayudamos como familia. Eso es lo chido. Las familias se ayudan y eso fortalece, hace que crezca un evento como este. Hay bandas que lo único que quieren es que todo suene bien, llegar, tocar y nada más, pero hay un trabajo detrás que es complicado hacer. Gracias a Dios o lo que sea tenemos esa red de apoyo que sabemos está ahí y que son compas, es la banda y gracias a esa comunidad esto sale adelante», agregó Poncho.

Luego de años desde la primera edición en 2014, las reflexiones se hacen presentes. Los objetivos iniciales y actuales han tenido un proceso de vivencias y resultados o sorpresas de lo que implica realizar un proyecto de esta envergadura, y que ha colocado a Querétaro y a las bandas locales como referentes en la historia del blues en México, un impulso necesario y una serie de pasos y decisiones, además de trabajo, lo que ha replanteado quizás algunos objetivos.

«Siempre quedamos sorprendidos al final de cada evento porque vemos que va subiendo. Algo que nos encantaría es que se destinase por parte del gobierno del estado, sea de cultura o turismo, una cantidad fuerte, porque hay muchos artistas internacionales que podríamos traer. Nuestra aspiración es que se les pague a las bandas lo justo y nuestro sueño guajiro es un festival que dure un mes. Y sí hay bandas suficientes en México», señaló Chema. 

El Festival Nacional Queretablues es un evento abierto al público en general y podrá visualizarse en las redes sociales de dicha organización. En tanto, Chema y Poncho esperan ansiosos volver a los escenarios, y continuar con este festival que se ha consolidado paulatinamente, por lo que ya visualizan el siguiente año. «Queremos que en el próximo vengan más bandas, nacionales e internacionales, y no perder la esencia», refiriéndose al apoyo que se busca brindar a las bandas principiantes que requieren de un espacio para impulsar su trabajo. «Esto no ha muerto, aquí está», concluyeron. 


David Álvarez
davidalv1990@gmail.com
Sociólogo, periodista y gestor cultural. Dirige Proyecto Saltapatrás.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *