Fotografía: Yahvéh Flores


Toda conducta suicida lograda es de preocupación, considerando que en el estado de Querétaro hay un promedio de 198 suicidios por año; una problemática en incremento, principalmente en jóvenes, que deriva de diversas condiciones económicas, emocionales y de rechazo social, que debe atenderse de manera integral.

Esto a decir de Juan Carlos García Ramos, integrante del Colegio Estatal de Psicólogos de Querétaro, debido a los altos índices de suicidio en el estado, y que de acuerdo a los datos de la Fiscalía General del Estado se han registrado 792 suicidios entre 2016 y 2020.

«Esto da cuenta que en la última década ha incrementado de manera importante. Quizá los factores económicos, políticos y educativos tienen alguna influencia, pero hay que considerar las características de los sujetos que están presentando cierta vulnerabilidad a este tipo de conductas».

Y es que, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2021 la tasa de suicidio en el estado de Querétaro, entre la población de 15 y 29 años, fue de 16.6%, cifra con la que la entidad se posicionó en el sexto sito a nivel nacional entre las tasas más altas. 

«Y esto, en particular, importa y convierte el tema del suicidio en uno de salud pública. Son el grupo de riesgo donde se ha dado la mayor diferencia, y esto representa una suspensión de vida; personas que no van a poder construir un patrimonio; que van a dejar dolientes a los padres, a las parejas y algunos casos a los hijos».

Asimismo, refirió que en términos del estado, son importantes los avances institucionales y normativos, sin embargo, refirió que aunque estas iniciativas están en letra y haya instancias para ello, las personas no van por los tabúes existentes alrededor y, sobre todo, porque no hay la atención oportuna en estos sitios.

«No tienen el seguimiento adecuado y no hay el personal adecuado para una buena identificación. Cuando la infraestructura de un servicio de salud mental es deficiente, y en Querétaro lo son, no hemos superado ese rezago por muchas políticas y buenos deseos gubernamentales». 

Refirió que se tienen que plantear de manera obligatoria la generación de estrategias para la detección precoz de las personas con riesgo suicida, tanto a la población general, como en grupos vulnerables y de alto riesgo como los adolescentes o los adultos mayores, y cuando esto ocurre debe haber una continuidad de cuidados en una acción coordinada entre los implicados».

David Álvarez
davidalv1990@gmail.com
Sociólogo, periodista y gestor cultural. Dirige Proyecto Saltapatrás.

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