Fotografía: Laura Santos
Cientos de mujeres respondieron a la convocatoria de los colectivos feministas a marchar en contra de la despenalización del aborto, en el estado de Querétaro; esto en el marco de la conmemoración del Día de Acción Global por un aborto legal y seguro. Así, alrededor de las 4:30 de la tarde se congregaron en la Plaza de la Constitución, ubicada en el centro histórico. Y, posteriormente, comenzó el recorrido por las distintas calles y avenidas que componían la ruta de la marcha, a la sazón de las consignas de protesta más representativas.
Anualmente, desde por lo menos las últimas dos décadas, en América Latina cada 28 de septiembre las calles se inundan de mujeres y personas gestantes que, en ejercicio del derecho a la protesta, toman las vías públicas para pronunciarse a favor del respeto de los derechos sexuales y reproductivos, y para exigir la despenalización del aborto. Suelen llevar, además, pañuelos verdes. Tanto la fecha como los pañuelos se remontan a hechos históricos sumamente significativos.
El ‘Día por la Despenalización del Aborto en América Latina y el Caribe’ fue producto de un acuerdo erigido dentro del V Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, en San Bernardo, Argentina, en 1990. La propuesta, sin embargo, hunde sus raíces en el movimiento abolicionista de la esclavitud brasileiro y un estatuto histórico, ‘La Ley de Vientre Libre’, promulgada el 28 de septiembre de 1871, en la cual se reconocía la libertad para los hijos de mujeres en situación de esclavitud nacidos a partir de esa fecha.
La delegación brasileira que se dio cita a tal encuentro argumentó a favor del 28 de septiembre para rememorar tal acontecimiento y enfatizar en la reivindicación de la libertad que contiene el derecho a decidir sobre la continuación o interrupción de un embarazo.
Por otra parte, que se use pañuelos como emblema del movimiento es el legado de la organización de las madres de la Plaza de Mayo, en Argentina, quienes con un pañuelo blanco demandaban la restitución con vida de sus hijos víctimas de desaparición forzada y contra de los crímenes de lesa humanidad; todos estos perpetuados por el régimen dictatorial de Rafael Videla. En 2003, las colectivas feministas de Argentina retomaron los pañuelos como distintivo de lucha, pero eligieron el verde para significar el derecho a la legalización del aborto. Este símbolo rápidamente se popularizó en todo el mundo y de ahí la referencia del movimiento proaborto como la ‘Marea Verde’.
A nivel regional, la pequeña isla de Cuba fue el primer país en legalizar el aborto, esto en 1965, ocho años antes que Estados Unidos, con el afamado caso Roe vs. Wade, en 1973, que convirtió la interrupción del embarazo, no sólo en un procedimiento médico legal, sino en un derecho constitucional. No obstante, cincuenta años más tarde, la Corte Suprema de Estados Unidos revocó tal precedente. El pasado 28 de junio de este año la voz de los magistrados se unificó en una línea argumentativa en contra del derecho a decir. Lo cual, además de ser un significativo retroceso a los derechos sexuales y reproductivos de su población, implica que la prohibición total del procedimiento en cerca de la mitad de los estados que por años han impulsado una agenda conservadora en la búsqueda de limitar, obstaculizar y prohibir totalmente el ejercicio de este derecho.
En contraposición, el 29 de diciembre de 2020, las compañeras argentinas consiguieron que la interrupción voluntaria del embarazo (IVE) se hiciera ley. El festejo viajó junto con la esperanza a distintas partes del mundo, incluido nuestro país y Colombia que consiguió en febrero de este año la despenalización del aborto hasta la semana 24 de gestación. México por su parte, en septiembre de 2021, consiguió la declaración de inconstitucionalidad sobre la criminalización del aborto de manera absoluta, así como reconocer el derecho a la vida desde la concepción. En otras palabras, la decisión judicial recibe la categoría de histórica porque de manera unánime y por primera vez la Corte se pronuncia a favor de la inconstitucionalidad de la criminalización del aborto. Este criterio obliga a todos los jueces y juezas de nuestro país a resolver en este sentido, por lo que ninguna mujer deberá ser criminalizada por abortar.
A pesar del precedente de la SCJN, sólo en diez entidades se ha despenalizado el aborto hasta las 12 semanas de gestación: Ciudad de México en 2007, Oaxaca en 2019; Hidalgo, Veracruz, Baja California, Colima y Coahuila en 2021; Sinaloa, Guerrero y Baja California Sur en este 2022. Esto supone que en la mayoría de los estados sigue existiendo la criminalización del aborto al encontrarse como delito dentro sus respectivos códigos penales.
Así, en México abortar tiene una existencia doble, como delito y como derecho. Mientras se siga criminalizando el acceso a los derechos sexuales y reproductivos, se sigue reproduciendo violencia institucional y estructural contra las mujeres y las personas gestantes. Y de ninguna manera puede existir una sociedad democrática en tanto se sigan vulnerando estos derechos. Por todo esto, la calle nos espera, porque como dice Angela Davis “la libertad es una lucha constante”.