El culto a la Muerte se ha extendido en el imaginario social de distintas regiones de América Latina. Algunos le llaman San Muerte (Argentina). Muerte (Colombia), o Santa Muerte (México). Es en este último país que el culto se muestra versátil, amplio e incluyente, con características que lo hacen único.

Los creyentes re-inventan el tiempo social en torno a la imagen de la Santa Muerte. Conscientes de las amenazas del entorno, la violencia, inseguridad e incertidumbre que anulan su seguridad ontológica y su cotidianidad, buscan refugio en un culto que les provee una supuesta seguridad en el presente (aquí y ahora) y desplaza el futuro como un horizonte lejano.

Durante mucho tiempo se creyó que sólo aquellos que viven al límite de su vida profesan tal creencia: policías, narcotraficantes, prostitutas, delincuentes. Pero el culto es transversal a distintos grupos sociales y niveles socioeconómicos quienes ahora lo muestran públicamente.

David Álvarez
davidalv1990@gmail.com
Sociólogo, periodista y gestor cultural. Dirige Proyecto Saltapatrás.

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