Fotografía: Laura Santos


Desde tiempos inmemoriales, cuando los primeros seres humanos pintaban en las cavernas sus hazañas durante la cacería, el arte ha estado asociado con la comunidad. Más aún, si nos remontamos por ejemplo a la antigüedad clásica, o al Renacimiento, período que vio el resurgir de estas formas antiguas, encontramos que el arte es algo que, si bien, puede tener un origen en las tendencias innatas del artista, precisa siempre de un empujón, por lo menos en la dimensión técnica. Este empujón no es otra cosa que el proceso de aprendizaje que los nuevos artistas inician de la mano de quienes están un poco más experimentados.

Por eso es de agradecer la existencia de espacios como la Casa Arte & Restauración, ubicada sobre la calle 16 de septiembre en el tradicional Barrio de la Cruz. En este lugar, Anabel Karina e Hiram, ella restauradora y él un artista plástico, no solo realizan su vida cotidiana, sino que también buscan generar las condiciones para acercar el arte y la restauración a la comunidad mediante talleres, exposiciones y eventos que permitan construir lazos con la comunidad artística emergente.

Aunque opera desde mediados del año pasado, el lugar fue inaugurado en agosto y, en palabras de Anabel Karina, lo que se busca es compartir conocimiento y funcionar como espacio abierto y una “casa para todxs”. Es por eso que, incluso antes de la inauguración, el espacio ya estaba ofreciendo talleres con el objetivo de alejar ciertas disciplinas artísticas de las torres de cristal y acercarlas a las infancias, adolescencias y poblaciones adultas de Querétaro.

Algo que llama profundamente la atención en este lugar es que no parece una casa de cultura tradicional. Y esto es así porque, de hecho, es la casa donde también viven los fundadores del espacio. Sin embargo, el arte es palpable en cada rincón, tanto en las piezas que decoran el lugar como en la disposición del mismo. Estamos, indudablemente, en un espacio que opera bajo la lógica de la casa-taller, en sintonía con la mejor tradición de la educación artística.

En este sentido, el espacio ha ofrecido ya distintos talleres desde su apertura, entre los que destacan uno de restauración y otro de pintura, tres días por semana y pensado para diferentes públicos. En el caso del taller de restauración, Anabel indicó que se ofreció no solo para restauradores profesionales, sino también para los artistas plásticos con algún interés en aprender técnicas para restaurar y preservar obras de arte. En este sentido, se señaló que hay talleres similares contemplados para 2023, incluyendo uno que tendrá lugar a finales del mes de enero y para el cual se pedirá a las personas interesadas que lleven alguna pieza que les interese restaurar.

“La intención”, aseguró Hiram, “es hacer comunidad artística y que los talleres siempre toquen el tema de las artes como un proceso interdisciplinar de dar y recibir”.

Es por esta razón que, además de los talleres, la Casa Arte & Restauración incluye también colaboraciones con al menos seis artistas tanto de Querétaro como de otros lugares, aunque se persigue que en el futuro sean más, pues ya se habla de aumentar las colaboraciones con el objetivo de enriquecer la práctica multidisciplinar.

Otro colaborador en este espacio es Eliel Yahvéh, un estudiante de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) que trabaja principalmente cuestiones relacionadas con el cine y la imagen. En este momento, trabaja en la elaboración de dos cortometrajes: “Burbujas” que aborda la forma en que se construyen las narrativas hegemónicas en la era digital y “Zozobra” que aborda desde una perspectiva estética los trastornos por ansiedad. Además de proyectar sus cortometrajes, Eliel espera organizar un cine al aire libre en las instalaciones de la casa.

En el mismo tenor, manifestó que su interés es también abrir un vínculo dentro de la casa con otras expresiones artísticas, principalmente el arte digital, que en la última década ha incrementado su presencia dentro de la esfera artística y que ya se vislumbra como una tendencia que sin duda dará forma al arte en el siglo XXI.

De cara a la inauguración de la casa y para afianzar su carácter experimental, Anabel Karina organizó ya un “laboratorio de cal” en el cual se abordaron distintas formas de trabajar este material dentro de un enfoque artístico. El laboratorio seguirá funcionando durante el año que corre, pero a éste se sumarán otros proyectos tanto de ellos tres como de artistas invitados.

Además de los talleres y los laboratorios, la casa está contemplada para albergar reuniones y festejos, pues algo que no podemos dejar de subrayar, es que para que se produzca el arte es necesario el encuentro entre personas y cosmovisiones diversas.

Esta apertura y universalidad que rayan en un sentimiento cósmico, cobran especial relevancia cuando miramos las obras que decoran el lugar. Los motivos psicodélicos, las alusiones al trance y a la iluminación, son comunes en las pinturas que descansan sobre las paredes. Este lugar es para experimentar y cada rincón lo dice.

Dafne Martínez
sissydaf91@gmail.com
Periodista y narradora. Cuenta con estudios en Comunicación y Periodismo por la UAQ. Es autora de "Energía Potencial" (Montea, 2016).

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