Texto: Claudio Sarmiento y María del Mar Covarrubias

Fotografía: Laura Santos


Ante el arranque de los sistemas de fotomultas de Querétaro, reflexionamos sobre el rol que tiene la velocidad vehicular en los hechos de tránsito. Ofrecemos datos innegables que resaltan la necesidad de respetar los límites de velocidad, a la vez que exigimos que las fotomultas sean acompañadas por otras estrategias de movilidad sostenible y segura.

  1. Crecimiento y aceleración, represas y radares

Este año, las autoridades municipales y estatales de Querétaro han decidido implementar una de las estrategias (medianamente costosa) de seguridad vial: las fotomultas. Una de las vialidades en donde se ha buscado incidir en el control de velocidad es el Anillo Vial Fray Junípero Serra (AVFJS), donde es bien sabido que abundan los automóviles circulando a exceso de velocidad y donde se han reportado múltiples siniestros a causa de ello. 

No es que está vía sea la favorita de conductores amantes de la velocidad, sino que el diseño de la vialidad tiene mucha más influencia sobre las velocidades permitidas que un reglamento vial. 

En un reporte comisionado por el Consejo de Urbanismo del Municipio de Querétaro, se recolectaron notas periodísticas que demuestran cómo en el AVFJS ocurrían siniestros viales apenas tres años después de haberse inaugurado la vía rápida, y cómo han aumentado año con año junto con el crecimiento urbano de la zona. Desde el 2012, la vialidad ha cambiado poco en su configuración carretera, haciendo notable su carencia de banquetas, ciclovías, paradas de transporte público, accesos de baja velocidad o cruces a nivel, y sus retornos peligrosos. Solo se han agregado algunos reductores de velocidad, puentes anti-peatonales y señaléticas variadas.

Ni el aumento de tráfico vehicular, ni el desarrollo inmobiliario contiguo han podido evitar el exceso de velocidad en el AVFJS, aún sabiendo que varias comunidades de la zona no se trasladan en automóvil particular. De manera paralela, mucho del atractivo de vivir o trabajar en la zona son las continuas promesas de cercanía con el centro de Querétaro, prometiendo tiempos de 10 minutos para un recorrido de 16 kilómetros, lo cual supone una velocidad promedio mayor a los 80 km/h establecidos en el AVFJS y vialidades locales. La gran urbanización que se ha dado esta zona contribuye a los excesos de velocidad de los conductores, incentivados por una combinación entre la ficción de circular en una “vía rápida” y la realidad de su lejanía con el resto de la ciudad. 

Convencidos que la congestión vehicular es un problema más importante que los homicidios culposos que ocurren en el AVFJS, la estrategias de reducción de velocidad como los cruces peatonales a nivel, los operativos carrusel, los puestos de alcoholímetro o las campañas de “Bájale” han resultado en más quejas ciudadanas que soluciones. La introducción de fotomultas apunta a el fracaso, parcial o total, de estas estrategias para asegurar que los automovilistas respeten los límites de velocidad. ¿Qué garantiza que las fotomultas sean efectivas?

Las fotomultas aciertan en el entendimiento que las altas velocidades son directamente responsables por los siniestros viales. Su filosofía está basada en la creencia que sólo una minoría de usuarios conducen a exceso de velocidad, y apuesta que este número se reduzca notablemente con desincentivos simbólicos y económicos. Tan solo la advertencia de la presencia de un radar puede resultar en que un 85.6% de los conductores reduzcan su velocidad y la aplicación automática de multas eventualmente resulta en una reducción de entre el 15 y el 20% de las incidencias de siniestros viales. Tanto la naturaleza de las multas, como la tecnología específica utilizada varía ampliamente de ciudad en ciudad. Sin embargo, las fotomultas han logrado salvar vidas en todos los casos, aunque con distintos grados de éxito. 

¿Qué aspectos influyen en esto?

Redacción
proyectosaltapatras@gmail.com

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