
Fotografía: David Álvarez
Bruce tiene 14 años. Llegó a un vecindario, por la zona norte de la ciudad de Querétaro, aparentemente abandonado. Él, como muchos otros, se suma a una práctica común en el país, donde la mayoría de los perros geriátricos son dejados a la deriva por sus familias, en un momento de sus vidas en el que difícilmente podrán sobrevivir.
A decir de expertos veterinarios, la edad promedio para considerar que un perro llegó a la vejez es a los 10 años; sin embargo, depende de su tamaño entre otras características para conocer este aspecto, siendo los pequeños los de mayor promedio de vida y los de mayor tamaño los que no sobrepasan los 10 años, lo que hace variar los periodos para determinar la tercera edad en una mascota.
Bruce, por su parte, llegó a la asociación de rescate animal Huellitas Seguras, en la delegación Santa Rosa Jáuregui, hace aproximadamente dos años. Una vecina de la colonia Las Palmas, por Paseo de la República, fue quien lo resguardó, ante la queja de otros vecinos, quienes no lo querían en la zona, desde que llegó, por lo que llamó a Pompilio Vargas Galván, coordinador de esta asociación animal, para su apoyo.

«Es un perro muy noble, muy dócil», afirma Pompilio, quien desde entonces le ha dado los cuidados necesarios, en un refugio con más de 100 caninos rescatados, donde Bruce es de los pocos que pueden ingresar a su casa: «vive dentro, tiene su propio sillón; cuando nos metemos él se mete, porque luego siente algo de incomodidad con los demás», explica.
Bruce es el mayor de todos los perros del refugio, pero no es el único al que los años le pasan factura, pues lo acompañan el Dober con 12 años, Morgana también con 12, Laika con 11 años, y Nachito y La Gorda con 10 años cada uno. Todos los demás oscilan entre los dos y siete años, una edad adulta plena, donde los caninos aún mantienen su fuerza y vigor.
Sin embargo, los perros de edad avanzada presentan muchas dificultades, no solo por el abandono, sino por la poca probabilidad de ser adoptados. Bruce se ha mantenido en este refugio aún, sin que una familia le ofrezca un hogar, por la preferencia que suelen tener las personas aún por los perros «de raza» y sobre todo los cachorros.

Pero Bruce mantiene la esperanza, una familia lo apadrina con vacunas y atención médica cubriendo los importes, además que suelen visitarlo para sacarlo a pasear. A Bruce le gusta el pasto, sigue corriendo y sobre este se abalanza, se recuesta y gira, lo disfruta. En los tres años que tiene Huellitas Seguras, y de los 400 perros rescatados en su haber, han sido menos de cinco los de la tercera edad que han encontrado una familia.
Una problemática poco atendida
Para diversas asociaciones e instituciones públicas la adopción de perros de edad avanzada tiene números poco favorables. Tan solo el Centro de Atención Animal Municipal (CAAM) El Marqués, dirigido por Israel Hernández Luna, ha dado cuenta de que solo el 3% de los caninos que han dado en adopción pertenece a este sector.
«En el centro de adopciones nosotros contamos con una capacidad de 100 perritos, entre hembras y machos, y de esos tenemos 15 en edad avanzada. Es difícil su adopción porque estos perritos requieren de mayor responsabilidad por su edad, y siempre recalcamos que por lo mismo, son perritos que durarán de tres a cuatro años», declaró para Proyecto Saltapatrás.

Hernández Luna indicó que la mayoría de estos caninos fueron rescatados a una edad avanzada, algunos de ellos atrapados en drenajes o abandonados por sus familias; muy pocos perros en situación de calle llegan a la vejez por las complicaciones y riesgos a los que están expuestos.
Para Adriana Arellano Medina, coordinadora general de la asociación MunDOGS, los promedios de vida de un perro en calle son de tres a cuatro años: «un perro callejero normalmente no supera la edad de cuatro años», por lo que, a decir de su experiencia, la mayoría de estos han sido abandonados, lo que ocurre de manera continua en Querétaro.
«Hay mucho abandono de perro mayor; yo tengo uno que fue llevado a la clínica que nos apoya, donde querían eutanasiarlo porque está viejo, 10 años», explicó también para Saltapatrás. Las razones, debido a su experiencia, tiene que ver con la falta de tiempo de la familia para atender las necesidades de un perro mayor y por asumir a los animales como objetos.

«Nos dicen que no tienen tiempo, que se cansaron de él, que no lo quieren y viene este concepto de gran egoísmo, donde una gran parte del abandono de perros mayores es por la propia familia, bajo ese criterio de «uso y tiro». Normalmente la gente no está abierta a abrir un espacio para un adulto mayor, por lo que conlleva en tiempo, gastos y hay que cambiar esa mentalidad».
Entre esta y otras asociaciones suman cerca de 240 perros resguardados en total, donde han comenzado, para fomentar la adopción de perros adultos y adultos mayores a tomar medidas más restrictivas con los adoptantes, principalmente en el tema de la adopción de cachorros, los más requeridos por la población en los centros de refugio.
«El promedio de que te regresen un cachorro es del 80% de los que damos en adopción, que por latoso, porque no se adapta a la vida familiar, que implica más tiempo, pero eso se tiene que tomar en cuenta desde un principio. Por eso ahora nos estamos esperando para adoptarlos a los seis o siete meses para reducir el número de abandonos».

Interesante, exactamente dónde se encuentra el albergue?