Fotografía: David Álvarez


El proyecto de saneamiento del Río Querétaro va a funcionar, pero no lo resuelve todo, indicó Iván Aguilar, integrante de la Comunidad Bosque Vivo, quien explicó que a este cuerpo de agua hay que entenderlo como un ecosistema complejo, con distintos factores que lo afectan. 

«No hay que ver soluciones cortoplacistas, sino que hay muchos factores; ahora es el agua, y tenemos que entender al río como un ecosistema, hay que hacer las paces con el río, entender cómo integrar al río con la zona metropolitana», manifestó. 

Esto luego de la presentación que autoridades federales y estatales llevaron a cabo, para la rehabilitación de este río, el cual comenzará con el primer tramo de recuperación desde la Presa del Diablo hasta Calesa, mediante procesos microbiológicos.

Añadió que este proyecto solo trabaja en el tema de las aguas residuales que atraviesan por el río, lo que resuelve un problema de muchos, sin embargo, es preciso ampliar la visión de este cuerpo de agua a fin de considerar otras aristas para su recuperación.

Al respecto, Iván Aguilar refirió que es importante que la Comisión de Cuenca del Río Querétaro necesita de la participación ciudadana: «hablamos de gobernanza y no puede existir esta para buscar gobernabilidad, si no hay una activa participación de los diversos sectores sociales», dijo. 

Explicó que la contaminación de este río se debió a las descargas sanitarias, en un proceso de poco más de 10 años, desde el municipio de Colón, pasando por El Marqués y Querétaro.

«El Río Querétaro, que vienes desde Colón, es un tema de aguas negras, mierda, jabón, detergente y todo lo que a la gente se le ocurra verter en el alcantarillado que llega al río; también el uso agrícola lo ha afectado, porque hay presencia de agroquímicos como fertilizantes que pueden detonar en el crecimiento de algas, es decir, de eutrofización». 

Indicó que se puede aseverar que hay una correlación entre la contaminación y el crecimiento urbano, así como del alcantarillado, el cual, dijo, nunca tuvo que haber llegado al río, existiendo un reglamento de descargas de agua estatal, el cual no fue acatado.

«Tiene que ver con el alcantarillado, con la regulación estatal y municipal de la vías de descargas. Esas vías de descarga no tenían que haber llegado al río y no se tuvieron que haber permitido. El tema es que en Querétaro tenemos el reglamento de descarga, que es un instrumento legislativo estatal, que te dice cómo se debería manejar. Si Querétaro tiene un reglamento, ¿por qué no se está haciendo efectivo su uso?».

David Álvarez
davidalv1990@gmail.com
Sociólogo, periodista y gestor cultural. Dirige Proyecto Saltapatrás.

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