Fotografía: David Steck
La música es un aspecto de la vida que no ha sido ajeno a la lógica de producción mercantil en la que pareciera estar inmersa cada partícula de lo cotidiano, sin embargo, hay formas que desobedecen a esta vorágine y subsisten como evidencia de que puede ser todo distinto, un ejemplo es la elaboración de las flautas de carrizo como las que sólo Don Cupertino Marcos González, sabe hacer en San Miguel Tlaxcaltepec, Amealco.
Fue ahí, de donde es oriundo el último de los músicos tradicionales que sabe elaborar desde cero este tipo de instrumentos musicales, que se estrenó el documental `El último me´bida´, de Jukilita Kalavera, bajo la dirección de Carlos Gordillo y la producción de Roxana Altamirano Greer.
El documental fue casi una demanda de la comunidad a la que el director acude desde hace ya varios años para documentar diversas cuestiones sobre las tradiciones de la región; principalmente lo hacía a través de fotografías, pero ante las sugerencias de las personas sobre la necesidad de dejar constancia de este oficio, fue que conoció la historia de Cupertino, un flautista y artesano que se dedicó a elaborar los instrumentos, pero también a musicalizar las danzas de Las Pastoras.
De acuerdo con Gordillo, la intención del estreno del documental en la propia comunidad fue la de devolver un poco de la experiencia de una concepción distinta, con vínculos comunitarios fuertes en los que, lejos de la romantización, conviven dos ideas principales: el culto sincrético entre la religión católica y las cosmovisiones indígenas, íntimamente ligadas con los ciclos agrícolas y las lluvias. La fotografía estuvo a cargo de Vladimir Salinas y David Steck.
El documental aborda la historia de vida de Cupertino, cómo fue que aprendió tanto a tocar la flauta como a participar de la musicalización de las piezas musicales que acompañan las danzas ceremoniales, así como también, a la situación de salud actual que ha derivado en la pérdida de la vista, pero no de la agudeza auditiva que aún le permite tocar.
Dominga Ventura Lorenzo, una de las pastoras que continúa con las danzas, lamenta la pérdida de participación de nuevas generaciones y el fallecimiento de algunas de las integrantes del colectivo a causa de la pandemia de Covid-19.
A la presentación acudieron decenas de personas de la comunidad, en su mayoría infancias. Además, luego de tiempo sin salir de casa por su situación de salud, también asistió Cupertino, el protagonista de la historia documentada, que, si bien no pudo ver la obra, con el sentido del oído agudizado, participó del estreno.
Al dirigirse a los asistentes, aseguró que se trata de un conocimiento que se transmite desde los antepasados y que, por lo tanto, debe cuidarse y compartirse.