Fotografía: César Gómez
El “Circo de la Calle”, un grupo de artistas circenses, se reunió entre Boulevard Bernardo Quintana y Avenida Universidad para organizar un “semáforo colectivo” con el fin de recaudar fondos para realizar el World Juggling Day Querétaro 2024. Este será el primer encuentro de malabaristas en Querétaro enfocado en profesionalizar el arte circense.
Con música, clavas, pelotas y monociclos, los integrantes buscaron aumentar la accesibilidad al movimiento urbano del circo. Óscar Sánchez, miembro del “Circo de la Calle”, explicó que en otros ámbitos se celebra al artista circense, pero al ser “de la calle” se revelan los prejuicios y el clasismo arraigado en la sociedad. «Hay diferentes convenciones o diferentes espacios para circo reconocidos, pero la calle es algo muy diferente», sostuvo.
Alan García, organizador del World Juggling Day Querétaro 2024, resaltó la importancia de motivar el arte urbano en el contexto latinoamericano. «Lastimosamente en Latinoamérica puede llevar a que algunos artistas terminen en situación de calle, nuestro motivo es que estas personas se motiven a profesionalizarse y continuar con este bonito arte», comentó.
Según García, expresiones del arte callejero como el malabarismo funcionan como una herramienta de transformación social. «Hemos trabajado también con comunidades de Querétaro donde podemos reconstruir algunos factores de la sociedad que pueden ser perjudicados por violencia familiar, de género y de adicciones, y lo bueno del circo es que a través de de estos talleres podemos sacar de ese círculo a estas personas», añadió.
Los integrantes del “Circo de la Calle”, provenientes de diversas partes de la República y del Bajío, coincidieron en que, mientras en el extranjero el artista circense es apreciado, en México se estigmatiza por considerarse un trabajo “no formal”. «En Europa este tipo de arte se ve en la escuela desde la primaria como en la educación física, y tratamos que en México se haga de esa manera y también que la gente cambie ese estigma de este arte», afirmó García.
Alberto Díaz, mejor conocido como el payaso Bachita, comentó que ha tenido la oportunidad de presentarse fuera del país y la dinámica de trabajo es completamente diferente. «He tenido la oportunidad de trabajar en otros países en el circo y como artista te ven como algo extraordinario, como si fueras un superhéroe, pero en cuanto regresas a México y trabajas como artista, ya sea en el circo o en la calle, la gente te sigue viendo como si lo que hicieras fuera un hobby, no un trabajo».
Además de malabares, demuestran su creatividad con las acrobacias, el trepe, el clown y otras expresiones. «Hacemos todo lo que se puede hacer en cualquier escenario porque el artista callejero no es menos que cualquier otro artista, al contrario, necesitas mucha más técnica para poder trabajar en la calle y para poder trabajar en escenarios grandes o pequeños. […] Por eso es el concepto de “Circo de la Calle” porque no solo es un grupo, sino somos todos los que trabajamos en la calle».
Subrayaron la necesidad de fomentar esta rama artística mexicana ante el fenómeno de la gentrificación. «Hay que amar lo que hacemos como mexicanos. El arte, la comida, nuestra forma de ser, hay que amarla, hay que aferrarnos a eso, a ser mexicanos, porque ahorita se está perdiendo mucho esa costumbre. Y nos está pasando lo que le pasó a otros países como Estados Unidos y Canadá cuando se empezaron a gentrificar, se empezaron a llenar de otras sociedades y se adaptaron ellos a lo que los inmigrantes traían, ahora nosotros tenemos que conservar nuestras costumbres».
Incentivaron a la población a unirse el 15 de junio a la conmemoración por el Día del Malabarista en las instalaciones del Centro de las Artes de Querétaro, donde ofrecerán talleres gratuitos y funciones para todo el público a partir de la una de la tarde. Será un evento autogestivo, sin costo, solicitando únicamente cooperación consciente para continuar impulsando el arte.