Fotografía: Ana Karina Vázquez


Para Luz de Luna Clara, o Clara Fragoso, ser operadora de un tráiler le dio la libertad: representó la posibilidad de salir de una relación violenta en la que todo se le negaba. Además de brindarle el sustento a su familia, le ha permitido viajar y sentar un precedente en un ambiente dominado por hombres.

A pesar de que no ha sido sencillo escapar del hogar en el que la violentaban, iniciar una nueva vida con sus hijos, solicitar empleo como operadora, aguantar largas jornadas y explotación laboral, Fragoso destaca la sensación de soltura que le da el estar sola, frente al volante y con toda la carretera de frente.

El documental “Nómadas de las 57”, que forma parte de la muestra del festival Doqumenta, en la ciudad de Querétaro, fue presentado en conjunto de representantes de colectivos ciclistas locales y de Fragoso, protagonista de la historia principal que se retrata.

Quienes transitan la carretera que atraviesa al país y la más importante del estado de Querétaro, mueven la economía mexicana con el transporte de las mercancías que incluso trascienden las fronteras internacionales. La obra retrata tanto el camino de los operadores hacia sus destinos como la vorágine de la llegada de toda la mercancía que transportan: frutas, verduras, comestibles variados, piezas de productos, envíos de paquetería, todo lo que sostiene al capitalismo.

La cinta de José María Castro Ibarra y de Alberto Arnaut cuestiona los estereotipos vinculados al oficio de los operadores: drogas, promiscuidad, mal humor y riesgos; presenta historias de personas que buscan trabajar para mantener a sus familias en un contexto hostil, en el que prácticamente se les exige funcionar como una máquina igual a la que conducen: sin parar.

Las experiencias de Clara y sus compañeros son narradas en primera persona y tanto ellas, como las personas que se involucran de distintas maneras en sus caminos coinciden en que la compañía, los espacios de amistad y la valentía de las mujeres y hombres que se desempeñan en esos espacios son lo único que les queda para hacerle frente a un sistema que les exige no dormir, no comer, no ir al baño, estar lejos de casa, y que, además, les expone a la inseguridad que impera en las carreteras mexicanas.

La presencia de una mujer en un espacio que, al menos en este país está dominado por los hombres ha enfrentado a Luz de Luna Clara Fragoso, a intentar ser perfecta, a no dar oportunidad de que se le cuestione nada, a incluso sentir culpa sólo por ser mujer. Luego de años de que su premisa fuera no fallar y nunca decir que no, ante las exigencias voraces del mundo laboral, llegaron las consecuencias: un robo violento y un accidente que le causó quemaduras importantes.

“Durante muchos años, para que no me hostigaran o se burlaran de mí, yo buscaba ser perfecta. El dar más, el éxito, pero cuando empiezo a pagar las consecuencias en accidentes, el robo, en mi salud, dije no, o sea no, tengo que dejar de pensar en lo que piensan los demás. Entonces empecé a trabajar como yo, como yo me sintiera puesto, y la opinión de la gente me empezaba a valer gorro.  Yo entendí que no es que seamos malos humanos, no es que la sociedad sea mala, es que venimos mal programados por décadas, por siglos, con creencias bien limitadas, con creencias en donde las únicas malas, si algo no funciona bien, somos las mujeres. Nos han hecho responsables de muchas cosas.”

Hoy, la protagonista del documental asegura que se ha replanteado la forma en la que debe trabajar, ha buscado, junto con sus compañeros, vías de incidencia para que los trabajadores cuenten con espacios dignos y seguros para descansar y seguir con sus viajes después, porque está segura de que ningún trayecto, ninguna meta, ninguna ganancia para las empresas valen lo que valen sus vidas y su salud.

“No dormía, no comía, hasta que te empiezan a pasar cosas y vas pagando las consecuencias. El trabajo no debe de ser así, sí, hay que trabajar, pero hay límites”.

A diferencia del panorama en otros países, en los que las mujeres ocupan estos espacios, en México es la excepción. El morbo y el acoso también son una constante en este ambiente, lo que hace de esta una opción hostil para que las mujeres se desempeñen laboralmente.

“Hay un trabajo todavía muy largo para abrir un terreno sano y digno para las mujeres en el transporte, porque necesitan apoyos económicos para poder se capacitar, necesitan apoyo de guarderías para sus hijos, necesitamos que tengan una capacitación integral en todos los aspectos. El trabajo hay que profesionalizarlo: tienes que cuidar tu salud física, mental y emocional. Tienes que tener herramientas que te permitan aprender cómo

cuidar tu salud, cómo nutrirte, cómo llevar a iniciar tus finanzas, cómo cuidar tus emociones, justamente para transformar el transporte en México”.

De acuerdo con Fragoso, aunque se ha logrado poco tras las movilizaciones en exigencia de infraestructura para los trabajadores del transporte carretero, ella y sus compañeros mantienen la esperanza y la coordinación para luchar por un ambiente de trabajo más digno y seguro. Previo a la exhibición del documental, se llevó a cabo una rodada ciclista, en la que participaron los colectivos Pedaleanda, Ciudad Justa, quienes también participaron en el conversatorio con Clara.

Ana Karina Vázquez
akarina.vb@gmail.com
Periodista de la generación del fin del mundo. Hija de la crisis y de la incertidumbre. Tengo muchas pasiones.

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