Fotografía: Laura Santos


Querétaro, una ciudad que en las últimas décadas ha experimentado un crecimiento vertiginoso, enfrenta un desafío crítico: la seguridad vial. A pesar de su desarrollo y modernización, la infraestructura vial sigue siendo un problema que cobra vidas y deja personas lesionadas en su camino.

Detrás de esta crisis se encuentran las cifras y análisis que señalan un anillo mortal: un conjunto de avenidas y cruces que concentran la mayoría de los siniestros de tránsito. Entre 2015 y 2023, los datos recopilados por la Estrategia Misión Cero revelan un patrón preocupante en Querétaro.

El estudio, apoyado por información de la aseguradora AXA, ha geolocalizado los incidentes viales en los que ha habido al menos una persona lesionada, mostrando que el Boulevard Bernardo Quintana, la carretera México-Querétaro y Paseo 5 de Febrero son verdaderas zonas de peligro.

Las avenidas, concebidas como «vías rápidas», permiten la circulación a altas velocidades, pero también representan un riesgo elevado para quienes las transitan, tanto en automóvil como a pie o en bicicleta.

De acuerdo a las cifras presentadas, Paseo 5 de Febrero reportó 2,318 incidentes, Boulevard Bernardo Quintana 1,855 y la carretera México-Querétaro concentró 848 incidentes durante este periodo, siendo las vialidades de mayor incidencia al respecto, a su vez de los tres conectores que componen prácticamente la ciudad de Querétaro.

Este anillo, que conecta los puntos más importantes de la ciudad, también alberga las intersecciones más riesgosas para quienes transitan por ellas, especialmente peatones y ciclistas.

Dos de estos cruces han sido clasificados entre los 100 más peligrosos de México. El cruce de Calzada de los Arcos y Boulevard Bernardo Quintana ocupa el puesto 83 con 181 incidentes, mientras que el cruce de Boulevard Bernardo Quintana y Avenida Universidad se sitúa en el lugar 94 con 164 casos.

Estos fueron parte de los resultados del Análisis Espacial de Siniestralidad Vial de Estrategia Misión Cero, cuya estrategia permitió visualizar las áreas de mayor riesgo en 76 ciudades del país, incluyendo Querétaro.

Organizaciones como Pedaleanda, el Observatorio Ciudadano de Movilidad y la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ han sido claros en sus demandas: se necesita una intervención urgente en estas zonas.

Para ellas y ellos, la seguridad vial no es una opción, es una necesidad. María del Mar Covarrubias, de Pedaleanda, señaló que «tener información precisa y georreferenciada de estos incidentes es clave para exigir a las autoridades que actúen de manera inmediata».

El reto no solo radica en modificar la infraestructura existente, sino en cambiar la cultura vial de la ciudad. «En lugar de frenar, los conductores aceleran al ver el semáforo en ámbar, lo que pone en peligro a todos los que usamos el espacio público», comentó Salvador Molina, miembro de la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ.

David Álvarez
davidalv1990@gmail.com
Sociólogo, periodista y gestor cultural. Dirige Proyecto Saltapatrás.

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