Fotografía: César Gómez


La implementación de puentes antipeatonales en el proyecto de Paseo 5 de Febrero ha suscitado críticas por parte de ciudadanos y organizaciones civiles. En una acción colectiva realizada anoche, 26 de febrero, los participantes llevaron a cabo una protesta informativa en rechazo a esta medida, considerada contradictoria con los discursos oficiales que dicen promover la inclusión y el respeto a la jerarquía de la movilidad. 

Y es que, a decir de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Obras Públicas (SDUOP) en el estado, Paseo 5 de Febrero contará con dos puentes «peatonales» en las estaciones de Qrobús de la Universidad Autónoma de Querétaro y 18 de Marzo. Estos puentes, inicialmente no considerados en la propuesta original del proyecto, se han convertido en elementos adicionales de la infraestructura.

Claudio Sarmiento, urbanista e integrante de QM21, criticó el enfoque del proyecto, cuestionando la elección del nombre «paseo» para una obra que, dijo, prioriza el tráfico vehicular sobre la movilidad peatonal. Además, destacó la falta de claridad en la visión para la vialidad, planteando la necesidad de definir si será un corredor urbano para integrar nuevas funciones y mejorar la calidad de vida en la ciudad.

El urbanista señaló que, al incorporar puentes antipeatonales, se excluye a los peatones y se favorece la prioridad al automóvil, expresando su preocupación por la falta de accesibilidad a estaciones de Qrobús y la ausencia de una justificación clara sobre la decisión de tener algunos cruces a nivel y otros elevados.

«Les decimos antipeatonales porque al remover o al desplazar la acción natural de cruzar de las personas una vialidad en sentido transversal, del mismo nivel de piso que el auto, favorecemos el cruce de estos sin que se detengan, porque de no tener ese desnivel el auto debe ceder paso a peatones y eso está en la ley. La solución de quitarlos del nivel no beneficia al peatón. Al que damos prioridad es al automóvil porque al que hacemos moverse es al peatón».

El desacierto de recurrir a estos puentes antipeatonales, de acuerdo a Sarmiento, revela una falta de consideración por alternativas que faciliten el cruce y mejoren la accesibilidad a estaciones de transporte público. Además, destaca la importancia de respetar la pirámide de movilidad y abogar por soluciones que fomenten el tránsito peatonal.

«El hecho de que el proyecto haya tenido que recurrir a puentes antipeatonales se me hace un desacierto grave porque no se contemplan mejores maneras de facilitar el cruce o, más importante, hacia cualquier estación de Qrobús y no se contempla que el entorno sea fácilmente accesible. Eso sí, se respetan las entradas a industrias y estacionamientos porque hay que priorizar al automóvil».

Durante la protesta los activistas y ciudadanos reunidos afirmaron que la obra no cumple con la seguridad, equidad y accesibilidad que toda persona peatona tiene como derecho, por lo que hicieron un llamado a las autoridades a reconsiderar la construcción de estos puentes, los cuales excluyen principalmente a personas de la tercera edad, familias con infancias y personas con discapacidad.

David Álvarez
davidalv1990@gmail.com
Sociólogo, periodista y gestor cultural. Dirige Proyecto Saltapatrás.

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