Fotografía: Ana Karina Vázquez
Abrazar las emociones, las agradables y las que no son tanto, vulnerarse y compartirse; ese es el tema de la exposición de la artista Aline C. Ambriz, recién inaugurada en las instalaciones de la Casa de la Contracultura, en el Centro Histórico de la capital queretana.
La mezcla de colores pastel, neón y la combinación de técnicas que no obedecen a ningún canon más que al propio o incluso hasta a cuestionarlo son los rasgos principales de la exposición.
Se trata del primer ejercicio individual de la autora, en el que reconoce la necesidad de mostrarse vulnerable ante sí misma y ante el entorno, la mayoría de veces hostil y centrado en la satisfacción de las necesidades más básicas, porque ni esas ni los derechos están garantizados.
La apuesta de Aline no va solo hacia la expresión de las emociones, sino también a la inclusión del sentimiento en la concepción del mundo.
“La redignificación de la expresión emocional la traerá el quehacer artístico y la colectividad, en ámbitos donde es incluso necesario ver, hablar y entender no sólo con la lógica, sino también con el corazón”.
Sentir y dejar que las formas, los colores, la imagen y el pensamiento nos invadan, que no se aparten de las decisiones, del día a día y que se vuelvan postulados.
“Médvla es también una manera de vulnerarme ante los demás, buscando renacer en aquellos sentimientos que nos han estigmatizado desde hace mucho tiempo y compartir el camino a una lucha invisible pero sumamente importante, no sólo para la labor del artista sino de cada ser humano”.
La exposición de obra gráfica y ensamblaje se encuentra en las instalaciones del espacio cultural ubicado en la calle Morelos #69, en el Centro Histórico y permanecerá ahí por algunos meses; también es posible adquirir las piezas que la componen.
