Fotografía: César Gómez


En un encuentro que reunió a expertas y miembros de la comunidad en la Casa del Gran Corazón, en el barrio de San Francisquito, se abordaron los impactos potenciales sobre la posibilidad de una declaratoria de Patrimonio Mundial por la UNESCO de la Danza Conchera y el Cerro del Sangremal. Janet Lezama y Edith Rangel, representantes del INAH Querétaro, abordaron los posibles impactos, centrándose especialmente en las implicaciones y riesgos que esta distinción internacional podría traer a la comunidad.

Janet Lezama, arquitecta y restauradora, inició la discusión contextualizando la noción de patrimonio cultural, subrayando la evolución del concepto desde la consideración inicial de monumentos hegemónicos hacia un enfoque en el patrimonio vivo, las tradiciones, idiomas y productos de grupos subordinados. Lezama enfatizó la importancia de comprender la gentrificación como un proceso que implica expulsión, injusticia y desigualdad.

La experta introdujo el concepto de patrimonialización, describiéndola como la acción de asignar a algo no considerado patrimonio un estatus patrimonial. Alertó sobre la mercantilización, turistificación y descontextualización que pueden surgir cuando el patrimonio se ve principalmente como un activo económico y político, señalando la importancia de un enfoque social del patrimonio para proteger la identidad, cohesión social y resistencia cultural.

En particular, abordó con profundidad los riesgos potenciales de gentrificación en San Francisquito. Aunque carece de datos concretos, destacó la terciarización del centro histórico como un indicador preocupante. La proliferación de establecimientos orientados al turismo, como bares y restaurantes, podría amenazar la autenticidad cultural del barrio.

La antropóloga Edith Rangel, por su parte, amplió la perspectiva al abordar las declaratorias a nivel municipal, estatal, nacional e internacional, resaltando la paradoja de la inscripción en la lista de la UNESCO, que puede añadir un valor económico al simbólico y favorecer el lucro privado. También describió el proceso en San Francisquito, donde el INAH emitió un dictamen de la comunidad como indígena, aún pendiente de aprobación legislativa.

Rangel profundizó en los desafíos inherentes a la patrimonialización y la relevancia de la UNESCO en este contexto, planteando preguntas clave sobre si la declaratoria sería un verdadero mecanismo de salvaguarda o si podría abrir la puerta a la comercialización descontrolada del patrimonio cultural. Destacó la importancia de considerar la identidad, cohesión social y resistencia comunitaria en el proceso.

Edith Rangel concluyó llamando a la comunidad a ser protagonista en el proceso de decidir sobre su patrimonio, destacando la importancia de un proceso libre, informado y consensuado que una y fortalezca los lazos comunitarios.

El Foro Informativo en San Francisquito evidenció la complejidad y las oportunidades que la posible declaratoria de la UNESCO presenta para la Danza Conchera y el Cerro del Sangremal. Ante la amenaza de desplazamiento y mercantilización, la comunidad se encuentra en un momento crucial para definir su futuro, con el desafío de equilibrar la preservación de su identidad cultural y las presiones del desarrollo económico.

David Álvarez
davidalv1990@gmail.com
Sociólogo, periodista y gestor cultural. Dirige Proyecto Saltapatrás.

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