Texto: Ramsés Oviedo Pérez

Fotografía: Jefte Acosta


Blas César Terán Páramo, nacido en Querétaro en 1955, es editor, poeta y divulgador cultural. Fue director de la página literaria «El ruido de las letras» del periódico Noticias. Es editor fundador de Ediciones La Copia, una especie de dispositivo editorial que durante más de dos décadas ha aparecido intermitentemente en la escena local. También fue coordinador de la revista literaria Altas desde tu cabeza (2006-2007). Su obra está incluida en la antología de poesía local de los números 11 y 12 de la extinta revista Crótalo. Es autor de «Clavado en la nostalgia» (Oficina del Cronista Municipal de Querétaro, 2011). Ha realizado múltiples talleres de creación literaria en varias instituciones de la ciudad y la región. A continuación, escribo la entrevista que amablemente contestó vía correo electrónico, Blas César.

¿Cómo define usted «editor» y «editorial independiente»?

El oficio de editor se debe respetar. La definición de la RAE dice: «m. y f. Persona que publica por medio de la imprenta u otro procedimiento una obra, ajena por lo regular, un periódico, un disco, etc., multiplicando los ejemplares». En estos nuevos tiempos conozco publicaciones, en el caso de libros, que no respetan el oficio de editor; los «editores» no tienen la menor idea del por qué deben aparecer páginas en blanco en la obra, se ahorran la portadilla y página legal, ubican los títulos en la página izquierda de la publicación, tal parece que ponen toda su atención y concentración en la «belleza» de la publicación y no en el respeto al oficio. Cuando llega la obra a los ojos del lector la encuentra «linda», pero incómoda sin identificar el por qué. El oficio de editor no es solo cuidar la publicación de la obra, es también cuidar al autor. Existen editores dependientes al servicio de campañas para encumbrar autores, e incluso encajonar épocas y crear tendencias: hay personajes que utilizando el oficio de editor han llegado a ser directores editoriales de universidades e incluso de entidades políticas donde solo sus allegados o gente afín a sus ambiciones publica, creando cotos de poder que duran lustros. La independencia editorial también posee sus terminales, incluso pueden coincidir con las editoriales dependientes.

¿Qué fue lo que lo motivó a dedicarse al trabajo editorial?

Vengo de abuelo y padre impresores. En su época ellos se dedicaban al linotipo, se les llamaba linotipista, los formadores de cajas para la impresión. No aprendí nada de ellos con respecto a la imprenta. Mi abuelo y mi padre emigraron del oficio de la imprenta al oficio de la fotografía, del cual tampoco les aprendí nada, pero por genética los dos oficios los llevo en la sangre. En la década de los ochenta del siglo XX encuentro un espacio para socializar con escritores, los más reconocidos en el primer cuadro de mi ciudad, Querétaro, publican en las revistas y periódicos de la localidad, algunos de ellos ya con libros publicados, incluso premiados en prestigiadas convocatorias nacionales, y uno o dos trascienden ya la frontera del país. En ese momento escribo poco y publico nada, dos de estos escritores también son editores, uno universitario y el otro del Estado; el editor universitario también edita su revista independiente, los dos son avezados promotores de autores, aunque sus fines eran diametralmente opuestos. Estos dos personajes canalizan la obra, de los autores locales, a los diferentes medios artístico/culturales de la ciudad; para publicaciones de libros en mi registro solo había de dos, seguro existían otras opciones, pero yo no las identificaba, el Fondo Editorial del Estado y la UAQ. Así transito la segunda mitad de la década de los ochenta; la población en mi ciudad crece y con ello también la gente dedicada a escribir. No existen muchas opciones para publicar, aparte de las exigencias de calidad de los editores; los noventa son una vorágine para mí, eso de la literatura pasa no a segundo término, simplemente no existe. Ya de regreso de otras vidas, justo en el año dos mil, me reintegro a socializar con escritores, los editores me piden obra para publicar, no tengo obra, entonces me saco de la manga La Copia. Yo soy el que les pide obra para publicar. Mi falta de talento para la literatura me obliga a convertirme en editor.

¿Cuál es el panorama editorial local y nacional que observa en los últimos años?

La difusión de la obra ya trasciende la publicación de mil ejemplares impresos, un tiro; ahora, el trabajo, virtualmente puede llegar a millones de millones de lectores, aunque la edición impresa en papel sigue rifando; qué bueno que ese romance no termine. Publicar en las editoriales dependientes ya no reviste tanto prestigio, tampoco tengo claro qué prestigio se adquiere al publicar en editoriales independientes. En este nuevo milenio los oficios se han convertido en profesiones; lo nacional y lo local también son cosa del pasado, aunque espero que ese romance tampoco termine. El panorama editorial local o nacional depende actualmente de la globalización de la obra, y de esto es responsable la actividad virtual. 

¿Qué caracteriza a Ediciones La Copia?

Ediciones La Copia es precisamente eso, una copia; no descubrí el hilo negro. La característica que identifica a Ediciones La Copia es que se puede publicar desde un ejemplar impreso en fotocopia, a media carta encaballado o con lomo, hasta la cantidad de ejemplares que se necesiten; no es necesario invertir en un tiro de mil ejemplares para embodegarlos, es un proyecto de autogestión. La venta del primer ejemplar vendido gesta la impresión de los 20 que siguen, la venta de esos 20 provoca la impresión de los 100 y así sucesivamente. Hay autores que se han quedado en los cuatro ejemplares y algunos llegaron al libro con un tiro de mil ejemplares.

Como editor, ¿le interesa crear comunidad, esto es, configurar un espacio de creación y difusión de obras literarias?

La comunidad de escritores ya está creada, lo importante es canalizarla, dirigirla al objetivo que es el lector. Mi interés como editor no es crear comunidad de escritores, es crear lectores. Una sociedad lectora es una sociedad crítica.

Con cerca de dos décadas de actividad, ¿a qué se debe la intermitencia de sus proyectos editoriales? Antes del opúsculo de Rodolfo Campos Paulín pensábamos que era una editorial extinta, pero continuó el proyecto en el año 2021.  ¿En qué medida la pandemia impulsó la reactivación de la segunda época de la editorial?

Sí, Ediciones La Copia ha sido intermitente, esto se debe tal vez a la soberbia de los autores; exigen como premio Nobel, entonces deja de interesarme (esta exigencia de los autores, y vuelvo a la muletilla de tal vez, tal vez sea porque el oficio se convirtió en profesión). Sí, Ediciones La Copia está extinta desde su nacimiento, incluso en la bibliografía de uno o dos o tres autores que publicaron en Ediciones La Copia su obra publicada en esta editorial no se menciona; un prestigiado editor dependiente le llegó a comentó a un autor: “publicaste esa obra en La Copia, entonces es inédita”. Pero la pandemia no tiene nada que ver con la reaparición de Ediciones La Copia.

¿Qué series o colecciones componen su catálogo? ¿Aproximadamente cuántos títulos han publicado? 

Ediciones La Copia ha publicado a 55 autores en los géneros poesía, cuento, crónica y ensayo.

¿Le interesa posicionar su producción editorial a nivel nacional?

No he pensado en posicionar Ediciones La Copia a nivel nacional. La Copia publica autores, no los promociona; la promoción depende del interés del autor. La Copia es un vehículo. No veo La Copia como un producto rentable, la veo como la piedra en el zapato y no precisamente el mío. Ya quedamos que no existe…

En Ediciones La Copia, ¿cuáles son los procesos técnicos para la publicación de una obra?

El proceso técnico de Ediciones La Copia es sencillo, se formatea la obra en el programa Publisher del paquete de Office de Windows, se hace la impresión de un ejemplar, ese ejemplar se lleva a impresión a algún establecimiento que saque copias; una vez impresas las copias se  encaballa o se enloma, después se refila y se entregan al autor, también menciono que el autor no aporta económicamente para su producción, una vez que el autor vende sus ejemplares es entonces que le recupera la inversión a Ediciones La Copia.

En su experiencia como responsable de los cuidados editoriales, ¿cree que la labor editorial se puede y debe profesionalizar?

Ya mencioné que el oficio editorial se debe respetar, cuando los oficios se trasforman en profesiones, valen madre.

En entrevista con Cheli Oh y Carlos Campos mencionó que José Luis Sierra fue una persona de «bastante capacidad como editor». En este sentido, ¿quiénes son las personas que han enriquecido la cultura editorial de Querétaro?

Los poetas Pablo Cabrera, José Luis Sierra y José Luis de la Vega.

A raíz de la creación del Centro Queretano de Escritores en los años ochenta, ¿cómo ha ido cambiando la política editorial en el Estado de Querétaro? Desde su perspectiva, ¿qué elementos necesitan transformarse?

A partir de la creación del Centro Queretano de Escritores mi percepción se vició, desde lo más alto del poder cultural hasta las direcciones de oficinas artísticas culturales, los personajes y sus actos, que presidien esos puestos, hasta la fecha, no me son agradables —tal vez, y regreso a la muletilla, por profesionales—. Yo soy gleba, vivo a ras de piso. Imposible cambiar la política artístico cultural funcional, utilitaria.

Actualmente, ¿qué pensamientos tiene sobre el futuro del libro como soporte de lectura?

El futuro del libro físico seguirá siendo el principio del libro virtual.

Maestro Blas, ¿cómo es su vínculo con las nuevas generaciones de escritores y editores en Querétaro?

No soy maestro, soy Blas… Está claro que el vínculo con las nuevas generaciones de escritores y editores no es tan cercano, están más apegados al profesionalismo.

Para cerrar, después del libro de Rodolfo Campos Paulín, ¿qué proyectos vienen en camino en Ediciones La Copia?

En estos momentos existe un proyecto para publicar otro ensayo literario, lo está escribiendo ya una novelista. Había un proyecto de publicación de una autora para febrero, ya se había trabajado en la cadencia editorial y corrección de estilo… pero… siempre hay un pero… prefirió publicarlo por otro lado. Ja. Ni qué decir.

¿En qué redes sociales pueden seguirlo?

No me sigan, soy pésimo guía. Ya lo dijo mi tía Paz«Hijo, qué voy hacer contigo, eres una mala compañía».

admin
vivi.castaneira@gmail.com

2 comentarios sobre “Blas César Terán y el valor de La Copia

  1. “ Existen editores dependientes al servicio de campañas para encumbrar autores, e incluso encajonar épocas y crear tendencias: hay personajes que utilizando el oficio de editor han llegado a ser directores editoriales de universidades e incluso de entidades políticas donde solo sus allegados o gente afín a sus ambiciones publica, creando cotos de poder que duran lustros.”
    Nomas falto: ¿están oyendo fondo editorial de la UAQ?
    Gran entrevista. Felicidades.

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