Por: Ana Karina Vázquez
Fotografía: Sam Thing
Los Llévame se trata de un grupo de amigos que se junta para hacer música desde hace ocho años. Algunos aprendieron a tocar sobre la marcha, como también aprendieron que lo que ellos hacen les gusta a otras personas además de sí mismos.
El nombre surgió porque fue la única propuesta, quedaron de pensar en nombres y llevarlos a su próxima reunión, pero el único que cumplió con el mandato fue Aldo, el bajista al que le gustan los nombres como The Who. Luego, los demás le dieron el toque, la interpretación de la frase de «ya llévame, Diosito», pues la muerte y la fiesta del Día de Muertos es un tema frecuente en sus canciones.
Pareciera que los bautizos accidentales son algo constante para Los Llévame, porque al hacerles la obligada, necia, torpe y quizás oxidada pregunta sobre qué género tocan, a alguien se le ocurrió decir que son unos desgenerados, porque no entran ni en un género ni en otro.
Hubo también alguien cercano en su círculo de amistades que les asignó un nombre más sofisticado: rock folk artesanal. Rock, porque una buena cantidad de sus influencias provienen de la diversidad de subgéneros que pueden escucharse en sus melodías; folk, por el toque del folclor, y artesanal, porque lo han hecho todo ellos mismos.
Al preguntarles sobre los géneros como forma de definir lo que tocan, Gerson me dice que «es género masculino, aunque también le gustan los hombres», reímos y me dice que no es cierto, mientras yo pienso en la charla de Mariana Enríquez en la que le preguntaron para qué sirven los géneros en la literatura: en ese campo, piensan que son una guía, pero que no definen más que al canon; tiempos posmodernos, al final.
En la música es algo similar, concluyo, a partir de lo que escucho de ellos.
Aldo: «Tenemos una historia bonita, hay un cantautor que se llama Kevin Johansen, que siempre que le preguntaban qué género tocaba, decía que él era un degenerado porque pues sí, y porque están cachondas también sus canciones, supongo. Nos gustó mucho y nos lo apropiamos, siempre decimos que somos degenerados porque realmente no encajamos ni en tocadas de ska, ni de rock, ni de metal, ni nada».
Kin: «Un amigo, hace años, nos puso la etiqueta de rock folk artesanal porque desde el principio todo lo hemos hecho nosotros, desde los pósters, los discos, las máscaras, las grabaciones. La base de las canciones es rock, pero el folk viene de toda la música folclórica mexicana, luego mezclamos rock con huapango, rock con son, con cumbia…»
Aldo: «Rock con rock».
Karina: «¿Creen que los géneros aún existan, más allá de que no existan en ustedes?».
Aldo: «Yo creo que los géneros siempre han existido y eso es bueno para catalogar o para cosas técnicas. No creo que esté chido que te encasillen, pero sí es bueno para identificar. Sí creo que siempre van a existir, nada más que no creo que deban ser tan importantes».
Kin: «Ya muchos músicos contemporáneos rompen los géneros, trascienden y se hacen mezclas, fusionan los ritmos».
Aldo: «Con la democratización de la música ya no existe algo puro».
Yo les digo que también quería hablar de eso, de que si recordamos los orígenes de la música clásica, es inevitable pensar en el elitismo que la caracterizó, y si consideran que en este momento eso sigue siendo así, si en realidad podríamos hablar de una «democratización de la música» pensando en sus propias historias de acercamiento a los instrumentos y de cómo aprendieron a tocar.
Aldo: «Ha sucedido un fenómeno muy bonito que fue cuando salieron todas estas plataformas y los programas para grabación como Logic y Garage Band, que nos han dado oportunidad a nosotros de grabar nuestras propias canciones, cosa que antes casi nadie tenía. Siempre ha sido elitista porque los instrumentos son caros, y antes era todavía más caro porque si querías tener una orquesta, debías tener un chingo de instrumentos y equipo tecnológico para amplificarlo, pero como ha pasado el tiempo, a mí se me hace bien chido que ya cada quien pueda tener su compu y desde su casa armar un discazo».
Kin: «Sí hay más accesibilidad para todo el mundo, para comprar un instrumento y grabarse, por eso también hay muchas bandas que son independientes, ya no necesitan de una gran corporación para estarse moviendo musicalmente».
Karina: «El hecho de ser desgenerados, ¿les ha abierto o cerrado puertas?».
Gerson: «Ambas, porque a veces no encajamos en ninguna tocada y otras veces encajamos en todas. Nos han invitado a tocadas de ska, de rock, de reggae, estuvimos en el Festival Rasta en el 2012».
Fa: «En San Joaquín con la Sonora Dinamita».
Gerson: «Hasta en el Black Dog donde tocaron bandas de metal».
Aldo: «Una vez en una de metal nos querían pegar porque éramos putitos».
Gerson: «No sé si sea ventaja o desventaja, pero está chido que no nos encasillen».
Kin: «Somos una de esas bandas que tocan de todo, de música original».
Karina: «¿Qué opinan de los productos culturales que intentan hablar sobre la escena independiente, pero desde lo hegemónico, como en el caso de los documentales de Netflix y esto?».
Aldo: «Yo creo que está bien, como el de “Rompan todo”, me parece que está chido que te enseñen el contexto y cosas así, obviamente está sesgado por las bandas y las amistades. Cada vez que vas a producir algo te acercas a las personas que conoces, también hay casos aquí, como el de Guamiche Films, de hace poco, son nada más puros amigos, pero es que es imposible abarcar todo. Cualquier esfuerzo que se haga para mostrar el proceso y lo que hay detrás por mí es bienvenido, aunque lo tachen de elitista, de izquierdista, de compadrista o lo que sea».
Fa: «Yo creo que como amantes de la música y del rock, ese tipo de documentales a nosotros nos sigue motivando, ver que también ellos empezaron desde la nada y que con un golpe de suerte o chingándole y trabajando para lograr el objetivo, se puede; uno o el otro, o los dos».
Gerson: «Nosotros, en vez de quejarnos, lo que estamos haciendo, y hasta sirve de comercial, es un documental que titulamos “No han roto nada”, que apenas estamos grabando con nuestros medios para hablar de la historia del inicio de la banda hasta estos días y la pandemia. Apenas llevamos un capítulo y estamos grabando el segundo, no sabemos cuándo va a salir todavía. Es fácil quejarnos, pero es difícil hacer, ¿sabes?».
Kin: «Y lo chido de nosotros es que como siempre hemos hecho todo, artesanalmente, nuestros eventos también los hacemos nosotros porque luego vamos a pedir el lugar dónde tocar y además de que no hay lugares, a veces no te quieren ahí o en festivales culturales necesitas conocer gente para que te meta. Mejor nosotros hacíamos nuestros eventos. Antes hacíamos la Fiesta de Máscaras, las presentaciones. No podemos depender de alguien externo al que si no le gusta lo que hacemos, no nos va a dejar tocar. Nosotros vamos, buscamos a la gente para que nos escuche y hacemos nuestras propias fiestas, videos y todo».
Fa: «Yo creo que también el haber hecho la Fiesta de Máscaras a nosotros nos sirvió para darnos cuenta de que está cañón organizar tu propio evento, pero la otra cara de la moneda es que de repente empezaron a buscarnos muchas bandas que querían tocar en ese evento y eso nos da la parte positiva de decir: bueno, pues estamos haciendo algo bien. El último año que la pudimos hacer nos cayó la ley y clausuraron la fiesta, y ya después vino Covid y todo eso. Nos sirvió para seguir creciendo y conocer, hacer amistades con otras bandas de otros estados y de aquí, esa relación y unión con otros proyectos consideramos que es muy importante».
Les pregunto sobre la que pudiera llamarse la escena en Querétaro.
Aldo: «Generalmente para todo lo que es cultura no hay apoyos, ni de gobierno, ni de establecimientos, ni de nada, por eso siento que hay resentimiento entre las bandas, pero también siento que es nuestra responsabilidad porque si no hay lugares, si no hay patrocinios y si no hay palancas, pues lo haces tú mismo».
Gerson: «El hacerlo tú mismo no significa que vaya a ser algo de mala calidad, a nosotros nos ha costado profesionalizarnos, desde tener un espacio, un estudio para ensayar, hasta sonar bien en vivo».
Kin: «Es que hablan de una escena como si fuera una sola cosa, pero hay un montón de escenas por todos lados. Antes, nosotros teníamos una con otras cuatro o cinco bandas, con ellos hacíamos eventos y nos íbamos de gira a otros estados; y así como nosotros, había otras, de metal, de punk, de reggae. En el camino nos íbamos encontrando y apoyando, pero también es más difícil apoyarse ya entre todas las escenas.
Ahorita, con la pandemia, muchas bandas ya desaparecieron. Nosotros también dejamos de ensayar un chingo de tiempo, hasta recientemente es que empezamos a juntarnos. Muchos foros también desaparecieron, la mayoría en el centro. Me imagino, me gustaría que cuando todo esto vuelva a la “normalidad”, se deje de centralizar, que surjan más espacios o más eventos alrededor del centro, porque sí había antes, pero la gente casi no quería ir a Carrillo, Lomas, porque todo es aquí en el centro».
Aldo: «Sí, ya chole. Y todo está bien caro. No es quitarle importancia al centro, nada más es diversificar».
La pandemia les ha privado la emoción de los conciertos, el sudor, el dolor de pies, la cercanía sin el miedo de contagiarse, estar borrachos a las tres de la tarde y darse cuenta de que a otras personas les gustan sus canciones. Por otra parte, han podido dedicarle tiempo y recursos al equipamiento de su propio estudio y a las producciones que tenían pendientes. Fa y Kinxoc están trabajando en sus proyectos solitarios porque tienen más tiempo disponible.
Aldo: «Sirvió mucho para la creación, pero no para la difusión».
Fa: «Como banda nos afectó mucho la pandemia. Estábamos a punto de sacar el último EP, que se llama Desgeneración, lo grabamos en el DF, en el estudio Monkey Bee. Le teníamos mucha esperanza, pusimos muchos huevos en la canasta y a la mera hora nos pegó la pandemia. El lanzamiento no fue como pensábamos, no pudo ser, ni la gira de medios, ni nada».
Aldo: «Lo íbamos a sacar y fue como: ¡ay, no, pandemia! Vamos a retrasarlo un mes en lo que se quita, otro mesecito porque ya dijo López que otro más, y pues, que siempre no se quita».
A pesar de que varios medios se pusieron en contacto para invitarlos a hacer transmisiones en vivo en el contexto de la imposibilidad de los shows presenciales, las plataformas no ofrecen la calidad sonora y visual suficiente que necesitan, ni ellos, como banda, cuentan con los medios para lograrlo.
Gerson: «Nadie estaba preparado para esto, en ningún sentido».
Aldo: «Bueno, los viejos paranoicos igual y sí».
Kin: «Nos pusimos a ahorrar y a invertir en el estudio, compramos equipo y sobre la marcha seguimos aprendiendo. Siempre ha sido todo sobre la marcha: hemos aprendido a tocar, tocando, maltocar, pero eso también te enseña».
Aunque para componer sus canciones, por lo general, parten de intereses y propuestas individuales, es en conjunto que trabajan la idea y la desarrollan hasta crear una canción.
Karina: «¿Creen que el arte, en general, tenga alguna obligación?».
Aldo: «No. Alguna vez escuché que la diferencia entre el arte y una artesanía, es que el arte no sirve para nada. Es la única cosa que no tiene sentido y por eso es bonita en el mundo. Lo único bonito».
Kin: «Nada más responde al sentimiento de alguien que quiere mostrarle al mundo, lo que siente, lo que trae, y quiere compartirlo».
Gerson: batería.
Aldo: bajo.
Fa: teclados, jarana huasteca y guitarra.
Kin: guitarra electroacústica y canto.