Fotografía: David Álvarez
Jacinta Francisco Marcial es el nombre con el que ahora será nombrada la explanada de rectoría, de la Universidad Autónoma de Querétaro; un reconocimiento otorgado por estudiantes, quienes estuvieron en paro en 2022, y que a un año de este suceso buscaron reconocer a quien fuera uno de sus ejemplos en la movilización en contra de la violencia de género y el acoso en esta institución.
«Hasta que la dignidad se haga costumbre» fue la frase que las estudiantes tomaron como mantra al conformar el colectivo Facultades Unidas, donde una diversidad de estudiantes se congregaron para exigir a las autoridades universitarias acciones contra dichas demandas. El paro inició el 29 de septiembre y concluyó el 29 de octubre de 2022.
En el evento estuvo presente Jacinta, indígena hñahñú del municipio de Amealco, quien fuera apresada junto a Alberta Alcántara y Teresa González el 3 de agosto de 2006 acusadas de secuestrar a seis agentes de la extinta Agencia Federal de Investigaciones (AFI), quienes realizaron un operativo para decomisar mercancía «pirata» en Santiago Mexquititlán.
Tras un proceso en el que no se respetaron los derechos fundamentales al debido proceso, Jacinta fue sentenciada injustamente a 21 años de prisión y a pagar una multa de 90 mil pesos. Jacinta fue liberada el 16 de septiembre de 2009, después de que se ordenó reponer el procedimiento y de que la PGR (que nunca tuvo pruebas) decidió presentar conclusiones no acusatorias en su contra. Sin embargo, ella permaneció privada de su libertad, lejos de su familia, durante 37 meses.
«Muchos de ustedes, estudiantes, me cuidaron y eso nunca se me olvida. Entonces seguimos luchando, nosotros como indígeneas sabemos que tenemos muchos derechos, pero los gobiernos y las autoridades los violan. Defendemos nuestras aguas, cerros, manantiales y nos llevan a la cárcel. No estamos solos, están muchos», expresó Jacinta.
Las estudiantes organizadoras reconocieron a Jacinta como una luchadora por los derechos de las comunidades indígenas, de quienes, añadieron, aprendieron durante su movilización, por lo que decidieron, a través de una votación entre alumnos y alumnas, para nombrar esta explanada en su honor, siendo la primera ocasión que un sitio grande y concurrido de esta casa de estudios tiene nombre de mujer.
«La explanada no tenía un nombre en específico y justo este nombre viene a ser una parte importante, porque será la primera mujer que ocupará un espacio grande, que además tiene vida y nos acompaña. Es un caso que invito a conocer y su hija Estela fue la que dijo: «hasta que la dignidad se haga costumbre», mencionó Alín, parte de la organización estudiantil.