Texto: Ana Karina Vázquez

Fotografía: Nadir Alcántara


Son amigos desde la prepa, entonces ensayaban en un sitio ubicado en una calle llamada Álamo; años después, ese nombre se convertiría en el emblema del paraíso que buscan alcanzar, el sueño que quizá ya viven mientras sus cuatro integrantes recorren el camino de los días haciendo música entre amigos. 

«El paraíso es cualquier cosa, cualquier persona o lugar que te haga sentir increíble. El paraíso es donde nos vemos cuando tocamos».

Álamo Paraíso es una banda de la Ciudad de México, sus letras buscan explorar las emociones de una adultez que ha ido reflejándose en la manera en la que han hecho música desde que se conformaron como agrupación. 

«Eclipse» es el nuevo sencillo de su primer disco, «El Cuadro», «tiene temas de crecimiento personal, de nostalgia, miedo al cambio, lo que vive un joven adulto, enfrentarte a la vida», según Osvaldo, el vocalista. Aunque no encontraremos exactamente ese mismo mensaje en todas las canciones, la totalidad del álbum busca plasmar estas situaciones tan propias de la generación. 

El diálogo personal y el autoconocimiento son «un juego» presente con miras hacia la reflexión y a la introspección. Comenzaron a componer las canciones del disco en noviembre de 2019 y fue justo en marzo de 2020 cuando todo iba tomando forma que, junto con la pandemia, se avecinaron meses muertos en los que todo se detuvo. 

Pese al cuasi apocalipsis que el mundo vivió, su disco está viendo la luz. Pareciera que el silencio y la pausa que en principio los inmovilizó logró dar el espacio necesario para que la creatividad y la colaboración fluyera entre los integrantes. 

En principio tocaban puros covers, intentaron con otros nombres; algunos de sus integrantes ingresaron a estudiar carreras universitarias relacionadas —hay dos ingenieros en audio—, o no. 

Gabriel es ingeniero en robótica industrial, Manu es músico, José Luis es comunicólogo y Osvaldo, ingeniero en audio.

Años después, se han decidido a profesionalizarse y a tomar en serio la música, como la pasión que es y el trabajo que requiere. 

Osvaldo narró cómo en 2017 fue cuando Álamo Paraíso se materializó con la difusión de dos sencillos y un EP en 2020. El proyecto musical es hijo de la pandemia, porque además de haber trabajado en los ensayos y la promoción del EP, grabaron un nuevo disco articulado con una narrativa más completa que los proyectos anteriores. 

Para él, el tránsito de lo que pudo haber quedado como un pasatiempo a desarrollarlo profesionalmente «se dio de manera muy natural, porque el poder dedicarte a lo que te gusta necesita cierto profesionalismo para destacar, caer en cuenta de eso nos hizo comprometernos».

A pesar de que considera que han avanzado en concretarse como proyecto musical, considera que «no nos sentimos ni de cerca en ese lugar que hemos soñado como el paraíso». 

Giancarlo Bonfanti se convertiría en su productor cuando Osvaldo le entregó el material de «Paraíso», una canción de 2019 y le dijo: «hazle lo que quieras de sintes». La historia de la colaboración entre Giancarlo y Álamo Paraíso también se remite a una amistad escolar, además de la convicción del primero por creer en los proyectos nuevos. 

Bonfanti asumió oficialmente el rol de productor de la banda cuando grabaron el EP: «también fue un proceso chido para mí de aprender, de producir y grabar una producción entera… ya viví lo que es neta toda la chambota que es la producción», reconoce. 

Antes de que comenzara la pandemia en 2020, Giancarlo se unió a la banda San Pascualito Rey para tocar los sintetizadores, lo que identifica como un punto de partida en la redefinición del sonido de Álamo Paraíso en el nuevo material porque «todo eso convivió con hacer el disco». 

Los sencillos del álbum se irán lanzando mes con mes y «Eclipse» es el primero. Entre lo que podremos escuchar hasta septiembre, que se difunda el último, se encuentran las colaboraciones de Eduardo de la Paz, mixer que ha trabajado con Porter y Zoé; la masterización de Hernán Godas, un ingeniero chileno, y Ros, ingeniero del estudio Fonobox; y el arte de Alex Lechuga. También, en todo el disco participó Max, un percusionista de Guadalajara de veinte años. 

Los integrantes de Álamo Paraíso se niegan a tocar en vivo las canciones previas a la etapa que refleja «El Cuadro», y también aseguran que se mantendrán pacientes hasta que cada mes se lancen una por una las canciones nuevas a los oídos de quienes muy seguramente nos identificaremos con ellos en el lenguaje universal de la música. 


Ana Karina Vázquez
akarina.vb@gmail.com
Periodista de la generación del fin del mundo. Hija de la crisis y de la incertidumbre. Tengo muchas pasiones.

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