Fotografía: Laura Santos


La noche de este sábado la escritora Vivian Abenshushan presentó la conferencia «Otras escrituras (para otros mundos posibles» en Galería Libertad, donde entabló un diálogo respecto a las nuevas maneras de contar historias y la colectividad existente dentro de los procesos creativos en el ejercicio de la escritura.

Esto durante las actividades del encuentro de mujeres escritoras «Lumbre entre las hojas», donde Abenshushan comenzó con un análisis puntual acerca de los virus, los hongos y las plantas, donde detalló diversos aspectos vinculados a la sobreviviencia y a los mecanismos de adaptabilidad, así como de la conjunción de organismos que conforman un todo.

«Lo que me preguntaba cuando me encontré con estas historias, es cómo podían acompañarnos de aquí en adelante las formas de estar en el mundo de los hongos, por ejemplo, y me encontré este texto de Ursula K. Le Guin sobre micología radical, que dice que los hongos son cultivos supervivientes de la alteración ecológica que han prosperado en periodos de dramáticas transformaciones globales».

Fue con esta vinculación que diversas preguntas surgieron, principalmente en el tema del aprendizaje de estos elementos del mundo de los hongos, los virus y las plantas, que permiten comprender la colectividad existente, y que extrapoló hacia las prácticas de escritura en un contexto de pandemia de Covid-19, así como de una serie de acciones dentro de la llamada literatura, como el enaltecimiento de la autoría y la individualidad.

«¿Qué tipo de aprendizaje dejan estos relatos? En esta mirada que trajo la pandemia; esta mirada corta sobre nuestra relación con el entonro no humano, con las plantas, los territorios, con los ríos, con el agua y el aire fue una especie de altavoz sobre una crisis que se viene exacerbando en los últimos años».

Por ello, refirió que es importante cuestionar el concepto de individuo, ya que dentro de la naturaleza no existen mecanismos que no dependan de diversas composiciones orgánicas, en contraposición a la idea cultural del individuo, que se introduce como práctica institucional y de relaciones sociales que permea el campo literario y creativo.

«Entender que cada día que nos levantamos no hay un individuo singular, único e irrepetible que se despierta, sino reconocer que se despierta una población entera que habita nuestro cuerpo. Y entonces, de manera extraña, como suele suceder en este tipo de traslados de un campo a otro, me preguntaba por qué en la literatura sigue siendo tan central la idea de autoría individual y de originalidad, incluso en contra de las propias dinámicas de la naturaleza, es decir, del carácter colaborativo a través del cual sobreviven».

En ese sentido, añadió que le interesan las escrituras que se hospedan en otras escrituras, que migren y se entremezclen, enfocadas a la hospitalidad y la colaboración más que en lo individual; que se recombinen en ensamblajes múltiples más que en las escrituras de la originalidad; de la multitud, memoriosa y compartida, que del genio, la inspiración, el talento.

«Si queremos pensar en una escritura mutante, una escritura capaz de sobrevivir a este momento incierto, que se entiende así misma como un organismo vivo, tendríamos que irnos desplazando del lugar, es decir, dejando las teorías del genio individual y pasar hacia nuevas ideas, inéditas (…) Podríamos pensar en una escritura simbiótica, del cuerpo colectivo y entender que cuando escribimos somos una multitud».

David Álvarez
davidalv1990@gmail.com
Sociólogo, periodista y gestor cultural. Dirige Proyecto Saltapatrás.

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