En mayo de este año fue aprobada la nueva Ley de Humanidades, Ciencias, Tecnologías e Innovación. Esta ley tiene un fuerte componente narrativo sobre el derecho humano a la ciencia para que todas las personas tengan acceso al conocimiento científico y que todas puedan gozar de los beneficios de la tecnología. 

El acceso universal y la socialización de los beneficios son importantes para cristalizar derechos. Para Erika Mildred Rodríguez Toledo, también lo son para la democracia, pero “no es posible diseñar e implementar programas y proyectos que tengan un impacto real en toda la sociedad mexicana sin el apoyo de recursos económicos y este ha sido el problema de la presente administración federal, la falta de recursos”.

Mildred ha sido una gran impulsora de la ciencia. Cuando trabajó en el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología del Estado de Querétaro (Concyteq) diseñó y puso en marcha del museo de la ciencia “El Péndulo” que se encuentra en el Centro Educativo y Cultural del Estado de Querétaro (CECEQ); también participó en la elaboración de manuales de ciencia dirigidos a infantes de escuelas primarias, la formación de personas que quieren ser divulgadoras, e incluso elaboró del Programa estatal de divulgación de la ciencia en Querétaro 2015-2019. 

En su opinión, uno de los programas interesantes a nivel nacional, son los jardines etnobiológicos, puesto que “implica recuperar los saberes de los pueblos originarios y la posibilidad de que estos saberes sean reconocidos (…), esto promueve que no solo los investigadores de las universidades, centros de investigación o de las empresas puedan generar conocimiento, sino que estos se generen a partir de conocimientos empíricos de grupos históricamente relegados en nuestro país, sumado a todo esto es de resaltar las convocatorias y apoyos que se han dado a personas de las comunidades indígenas”, reflexiona.

En lo nacional, el Conahcyt dedica una página de su sitio web al acceso universal del conocimiento y resalta tres acciones para lograrlo: la Red Nacional de Jardines Etnobiológicos, como los mencionados previamente; la Red de Espacios de Acceso Universal al Conocimiento y la Capacitación para la Escritura de Manuscritos Académicos en inglés. 

En términos generales, los Jardines Etnobiológicos buscan ser colecciones de plantas, animales y hongos que tienen una relación muy estrecha con las comunidades que han convivido históricamente con ellos y que han influenciado sus culturas. La red incluye cuatro en diferentes estados de la República: Guanajuato, Baja California, Yucatán, Durango y hasta julio de este año también se incluía Querétaro, con el Jardín de la Universidad Autónoma de Querétaro que se encuentra en Concá.

Sobre la Red de Espacios de Acceso Universal al Conocimiento no hay información clara y la convocatoria de esta red que salió en 2021, dejó a varios proyectos aprobados sin financiamiento debido a que extinguieron el fideicomiso que le correspondía.

El Conahcyt, en su propia página dice que el acceso universal al conocimiento “garantiza el goce de los beneficios que brindan la investigación humanística y científica y el desarrollo tecnológico a través de acciones, espacios y materiales que ponen a disposición de las y los mexicanos los avances y la diversidad de saberes”, por lo que se podría cuestionar si su tercera acción, la Capacitación para la Escritura de Manuscritos Académicos en inglés contribuye. 

Tres acciones enunciadas para una proeza que atraviesa por diferentes niveles de desigualdad social, que impacta en el acceso no solo a la ciencia, sino a una serie de servicios básicos. Cuestión de acceso y de recursos que el actual Conahcyt, de tiempos de Andrés Manuel López Obrador, discursivamente lo orienta hacia derechos humanos pero con acciones que no son suficientes para cumplir sus metas. Pero este es un Conahcyt que emana de otro, que desde el 2009 con Felipe Calderón hasta el 2018 con Peña Nieto, depositaba el beneficio de los recursos públicos en la empresa privada. Empresas que según con el padrón de beneficiarios del Programa de Estímulos a la Innovación, en el 2016 recibieron nada menos que 4 mil 132 millones de pesos. 

Christopher Cedillo
c.cedilloc@gmail.com
Docente, investigador y divulgador, miembro de la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia. Trabajo con plantitas en el laboratorio, tratando de descubrir algunos de sus secretos.

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