Fotografía: Laura Santos
Andrea Alvarado Sánchez es una joven artista digital, oriunda de Salamanca, Guanajuato, quien ha encontrado en Querétaro su hogar desde hace aproximadamente tres años. A sus 26 años, Andrea no sólo se define por su profesión, sino por su pasión por el cine documental y su compromiso con contar historias que generen impacto social.
Su relación con el cine y el documental comenzó durante sus años de formación académica, cuando se embarcó en la carrera de Artes Digitales. Aunque esta elección puede parecer sorprendente en retrospectiva, Andrea enfocó su pasión hacia el cine desde sus primeras experiencias con materias como Audiovisual y Cine.
Su carrera profesional en el mundo del cine documental se cimentó en el 2019 cuando participó en el «Festival Internacional de Cine en Guanajuato» en la categoría «Identidad y Pertenencia». Aquí nació su proyecto «Toci», un documental sobre el temazcal que encontraría un lugar en varios festivales nacionales e internacionales durante los dos años siguientes.
Mientras Andrea se sumergía en el mundo del cine documental, su elección de carrera como artista digital en la Universidad de Guanajuato se convirtió en un vehículo que le permitiría explorar su verdadera pasión. El cine documental, en particular, despertó su interés debido a su naturaleza social y su capacidad para dar voz a historias que a menudo pasan desapercibidas. Andrea encontró en el cine documental una forma de contar historias necesarias, historias que cuestionan por qué ciertos temas son más visibles que otros y que pueden incidir en la realidad.
«El cine documental siempre me llamó la atención por la cuestión social. La incidencia que se puede tener y lo importante que es plasmar las historias que tienes cerca, de manera cinematográfica. Nuestro interés es reconocer la realidad y ver cómo incidir, y en este caso nosotros podemos, como documentalistas, dar esas herramientas para llevar a cabo esas historias, muy necesarias».
El camino de Andrea en el cine documental no ha estado exento de desafíos, pero la joven cineasta ha demostrado valentía al enfrentar realidades complejas y controversiales. Ha trabajado en temas delicados, como las desapariciones forzadas y el feminismo, y ha encontrado en la narración de estas historias una forma de crear conciencia y promover el cambio.
Uno de los proyectos más recientes y significativos de Andrea es «Yo sueño». Este documental surge de su propia experiencia y se centra en el abuso sexual infantil. «Yo sueño» es un proyecto que apunta a las víctimas primarias y secundarias, con el objetivo de visibilizar este tema crítico y proporcionar un espacio para que las víctimas se reconozcan. Esta obra también busca involucrar a asociaciones civiles que trabajan en la prevención del abuso sexual infantil y promover estrategias para combatirlo.
«Actualmente tenemos el documental «Yo sueño» que aborda la temática del abuso sexual infantil. Todo esto no nos ha sido ajeno. Nace de la necesidad de hablar de algo que a mí me pasó. Y al momento de socializarlo me doy cuenta que a muchas personas cercanas a mí les ha pasado y justo en un momento donde estaba en proceso de darme cuenta de mi pasado me topo con un testimonio que es muy cercano a mí, en el que me vi reflejada».
Andrea y su equipo han enfrentado desafíos significativos en la producción de «Yo sueño», pero han logrado superarlos y ganar reconocimiento en competencias y programas de apoyo al cine documental. Su visión estética, que busca plasmar las historias de manera onírica y artística, ha encontrado el lugar perfecto en la locación de Rincón de Parangueo, un cráter de un volcán extinto en Valle de Santiago, Guanajuato, así como en otras áreas de Guanajuato, como en León.
«Estamos en la etapa de preproducción, próximos a realizar el rodaje. Ganamos un concurso que hizo Doqumenta y La Cofradía. También ganamos un apoyo que nos otorgó el Instituto Cultural de León y nuestra locación principal es Rincón de Parangueo, la cual nos sirve para plasmar esta historia de manera onírica, que es lo que buscamos».
Su talento y compromiso le han permitido a Andrea consolidarse como una joven promesa del cine documental en Querétaro. A pesar de los retos que enfrenta, como la falta de recursos y la necesidad de mantener múltiples empleos para financiar su pasión, su dedicación a dar voz a las historias silenciadas es innegable.
Andrea Alvarado Sánchez es un ejemplo de la nueva generación de cineastas comprometidos con contar historias auténticas que generen un impacto social significativo. Su viaje en el mundo del cine documental está en pleno desarrollo, y su determinación y visión prometen mucho para el futuro del documental en el país.