Fotografía: Laura Santos


Guillermo Hidalgo, residente en Querétaro desde hace 16 años, ha trazado su sendero literario fusionando las vibraciones psicodélicas con las experimentaciones de su vida. A sus 27 años, su viaje por la escritura ha sido ecléctica como los caminos que ha explorado bajo la influencia de Roberto Bolaño, Antonin Artaud, Luis Alberto Espinetta y Gerardo Arana, este último escritor queretano.

Licenciado en Lenguas Modernas en Español por la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Hidalgo encontró su llamado literario después de explorar otras disciplinas. Su travesía desde el ámbito físico-matemático hasta la literatura se inspiró en autores como Hermann Hesse, especialmente por su obra «Siddharta».

Aunque sus inicios literarios apuntaban hacia la narrativa corta, Hidalgo halló su voz en la poesía, un medio más propicio para expresar su fascinación por lo metafórico y visual. «Yo quería escribir cuentos, pero me salía más un lenguaje basado en imágenes, más que en contar historias. Algo metafórico que me llevó a la poesía».

La influencia de figuras literarias como Roberto Bolaño, con su obra «Estrella Distante», marcó un punto de inflexión decisivo en la vida de Hidalgo, instigándolo a dedicarse plenamente a la escritura. Este impulso se consolidó aún más a través de su participación en un taller ofrecido por el escritor Tadeus Argüello, dentro del Seminario de Creación Literaria «El Oficio Mayor». «Las lecturas que nos dio y la manera en que Tadeus da clases es muy pedagógica, te inspira y de ahí me gustó la literatura y escribí poesía», comparte Hidalgo sobre este periodo formativo crucial.

El autor ha dejado su huella en el panorama literario con diversas publicaciones, comenzando con su primer poemario «Cementerio Club», inspirado en la obra de Luis Alberto Spinetta. Su segundo trabajo, «Poética-Noir», se sumergió en la figura de Antonin Artaud, ofreciendo una experiencia más densa y reflexiva.

«El título de Cementerio es por Spinetta, soy fan del rock argentino y quise agarrar algunos versos de sus canciones y a partir de ahí hacer un viaje psicodélico, porque ese es mucho mi tema, la psicodelia».

La exploración literaria de Hidalgo se expande aún más con su obra «Caballo Muerto Productions» y su incursión en el mundo de las novelas con «Buda de otra galaxia». Esta última, concebida durante la pandemia, revela una estructura narrativa única y captivadora. «Cuando salgo de la Fundación, me deprimí, veníamos de pandemia, no había chamba. Es un show, y uno busca y busca y no hay. Salí de la Fundación y no podía escribir poesía, y empecé a formarme una rutina de escritura y lo que más me gusta leer son novelas. Y escribí y salió algo y me di cuenta que tenía estructura de novela y así se escribió», relata Hidalgo.

Un elemento distintivo en la vida y obra de Guillermo Hidalgo es su relación con sustancias psicoactivas, particularmente el LSD, que ha dejado una huella profunda en su proceso creativo. Defiende la idea de que el consumo de estas sustancias debería ser un derecho humano, abogando por la libertad total sobre la mente y el cuerpo.

«El consumo de sustancias psicoactivas debería ser un derecho humano. Uno debe estar en total libertad de hacer lo que sea con su mente y cuerpo. La mariguana, no conecto, pero el LSD sí me gusta. Spinetta me gusta mucho y el ácido, LSD, es el que más me ha influenciado en mi obra».

La trayectoria literaria de Hidalgo ha sido reconocida con diversas validaciones externas. Después de la publicación de «Cementerio Club», participó en convocatorias y becas, destacando su segundo libro, «Poética-Noir». Ganó el concurso municipal de crónica en Querétaro y recibió el prestigioso Premio Nacional de Poesía Joven «Francisco Cervantes Vidal».

«De ahí fue un parteaguas porque uno, siempre es bueno recibir validación externa, estoy de acuerdo con queque dicen las instituciones no es cierto, de que si premian a alguien es malo, pero una validación externa reconforta y te anima a seguir, entonces empecé a mandar a becas, tuve una que da la Fundación de Letras Mexicanas para chavos».

Al reflexionar sobre la escena literaria en Querétaro, Hidalgo identifica una falta de compromiso y criterio en algunos círculos. Critica la denominación «literatura queretana», sugiriendo que más que realzar, puede convertirse en una limitante. «Para mí es algo que hace daño». Además, cuestiona la falta de movilidad y conformismo en la comunidad literaria local, en su generalidad.

A pesar de las carencias identificadas, Hidalgo reconoce y valora la contribución de figuras literarias como Luis Alberto Arellano y Gerardo Arana, haciendo especial énfasis en el proyecto de Oliver Herring, Herring Publishers México, destacando su impacto a pesar de contar con un apoyo limitado, como un referente editorial.

Guillermo Hidalgo se forma como un escritor multifacético en la escena literaria de Querétaro. Su viaje literario es marcado por la experimentación y la defensa de la libertad creativa. Con su perspectiva crítica, Hidalgo no solo es un escritor en ascenso, sino también un activista literario que desafía las percepciones convencionales y promueve la exploración y la innovación en el ámbito literario.

David Álvarez
davidalv1990@gmail.com
Sociólogo, periodista y gestor cultural. Dirige Proyecto Saltapatrás.

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